Noviembre 15, 2001
Los heraldos rojos en la pérfida Albión
Víctor M. Domínguez, Lux Info Press
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org) - Las campañas tergiversadoras
orquestadas por los heraldos rojos de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC)
no siempre caen en el vacío. Decenas de organizaciones sindicales en el
mundo, ya sea porque sucumben ante la manipulación de las informaciones
que se les suministran, por no interesarles conocer la verdadera situación
de los trabajadores cubanos, o simplemente por carecer de visión de
conjunto sobre la realidad laboral en la isla, abren espacios y oxigenan a una
central obrera que como la cubana cierra toda posibilidad de ejercer sus
derechos a los trabajadores y ahoga entre sofismas sus más elementales
aspiraciones.
La celebración de la conferencia "Los sindicatos por Cuba",
desarrollada recientemente en Londres con la participación de 250
delegados sindicales, entre los que se encontraban 17 supuestos representantes
de la clase obrera cubana, es un ejemplo de la miopía política y
del egoísmo de quienes gozan de plena libertad para ejercer sus derechos.
Según lo publicado en el semanario cubano Trabajadores, la
conferencia, auspiciada por el Congreso de los Sindicatos Británicos
(TUC), fue todo un éxito.
La realización de talleres donde se abordaron los derechos humanos y
la democracia en ambos países, y la libertad de expresión y los
medios de difusión cubanos, entre otros temas, constituyen parte de una
farsa donde se manipuló no sólo la verdad sobre estas problemáticas
en Cuba, sino también el sentimiento de frustración de miles de
trabajadores despojados de sus derechos por ¿ley?
Hablar de derechos humanos y democracia en Cuba cuando a los trabajadores de
la isla se les niega el derecho a huelga y la libre sindicalización, se
les violan sus contratos de trabajo, no participan de las ganancias de las
empresas y se les paga en una moneda devaluada mientras la entidad para la cual
laboran cobra en dólares, por sólo citar algunas violaciones
sociolaborales, es una burla al movimiento obrero cubano, que se desgasta entre
las ataduras de un Código Laboral que lo utiliza y la represión
que limita sus demandas.
Debates sobre la libertad de expresión y los medios de difusión
en Cuba cuando Aleida Godínez Soler, Pedro Pablo Alvarez Ramos y José
Orlando González Bridón, líderes de la Confederación
Obrera Nacional Independiente de Cuba (CONIC), del Consejo Unitario de
Trabajadores Cubanos (CUTC) y de la Confederación de Trabajadores Democráticos
de Cuba (CTDC), respectivamente, sufren encarcelamientos y acosos policiacos por
ejercer esos derechos, significa dar un espaldarazo a los falsos representantes
de los trabajadores cubanos, que tuvieron el privilegio de visitar la pérfida
Albión.
El verdadero movimiento sindical cubano, estructurado y con funcionamiento
alternativo a la oficialista CTC, gana cada día mayor cantidad de
seguidores dentro de la isla, aunque los gélidos temperamentos británicos
no se derritan ante el calor de sus demandas en defensa de los trabajadores de
Cuba.
Viajar en nombre de miles de trabajadores a quienes en la realidad no
representan, es un burdo engaño. Ser recibidos calurosamente por unos
anfitriones catalogados de pragmáticos es una muestra de desinformación.
Debatir sobre temas muy sensibles para los trabajadores de la isla como la
democracia, los derechos humanos, la libertad de expresión y los medios
de difusión cubanos, desde una visión ideológica sumisa al único
patrón existente en Cuba, el Estado, es una tragicomedia urdida en nombre
y contra aquellos que no tienen voz para defenderse.
CubaNet no reclama exclusividad de sus
colaboradores y autoriza la reproducción de este material informativo,
siempre que se le reconozca como fuente.
|