CORRUPCION
La corrupción (II)
SANTA CLARA, marzo (www.cubanet.org)
- En Cuba la corrupción alcanza todos los
niveles, afectando a leales, neutrales y opositores
del sistema. Abarca a empresas de diversos tamaños
y jerarquías, centralizadas o no, formales
e informales. Según Puertas este flagelo
no comenzó como un virus capitalista que
se coló en las fisuras socialistas de la
isla, ni tampoco nació en los 90 con las
reformas económicas, sino que han existido
siempre desde la épocas heroicas y las
de mayor crisis, pero se disparó con las
campañas internacionalistas por distintas
latitudes del planeta, al igual que en el Período
Especial, considerada la mayor crisis de la historia
del fidelismo.
Según Puertas la corrupción existe
a diferentes niveles, unos a gran escala, al por
mayor que se corresponde con las élites
gubernamentales y otra a menor escala, propia
de la calle, el vecindario, en empresas, en el
mercado negro, los cuentapropistas y en fin en
la llamada economía de resistencia. La
primera denominada Corrupción Mayor y la
segunda es la Corrupción Menor.
Los hechos más comunes de corrupción
mayor están del lado del soborno, robo
de activos, protección a la criminalidad,
el narcotráfico, falsificación de
dólares, venta de pasaportes, visas y salidas
ilegales del país, de obras de arte pertenecientes
al patrimonio nacional, contrabando de mercancías
y valores, así como el blanqueo del dinero
negro de dudosa procedencia. También pertenecen
a este grupo de actos indecorosos, el disfrute
y consumo gratuito por funcionarios y políticos
de bienes y servicios en instituciones y empresas
públicas o sociales y excepcionalidades
en la aplicación de leyes. Prominentes
personalidades de la nomenclatura, administradores,
gerentes, ministros, son los más susceptibles
a actos corruptos de esta envergadura, aunque
muy pocas veces aparecen en los titulares de los
periódicos radiales, televisivos o escritos.
Recuerdo el caso de Luis Orlando Domínguez-Landy-
primer secretario de la UJC nacional, el de los
funcionarios del departamento MC que dirigía
Antonio la Guardia, el escándalo del proceso
al general Arnaldo Ochoa o el ocurrido en el 2001
con el ministro de pesca Orlando Rodríguez
Romay; casos que salieron a la luz pública
en momentos convenientes.
La corrupción asociada a la generalizada
economía de resistencia es la menor, la
que se justifica por las carestías permanentes,
expresada en los mecanismos informales de supervivencia.
Comúnmente conocidos como bisneo, trapicheo,
la lucha, buscarse la vida y socialismo, se identifican
a nivel de pueblo con acciones del jinetero, merolico,
ratero, listero, colero. El abastecimiento fundamental
procede de los activos del Estado a través
del robo o el desvío de recursos autorizado
por administradores o funcionarios públicos.
Los productos más comercializados por
los cubanos de a pie son los alimenticios, como
el arroz, el aceite, frijoles, carnes, mariscos,
huevos, pero también rones, cervezas, medicinas,
gasolina, artículos de uso doméstico.
Dentro de esta categoría de actos corruptos
también se encuentran las compras de documentos
importantes, dentaduras postizas, inscripciones
de estudiantes, reservaciones en hoteles. El pago
del "tócate" a los inspectores
en los mercados es buen ejemplo de corrupción
menor, así como la venta de productos a
precios superiores en las tiendas dolarizadas,
las ventas de colas en entidades estatales, la
venta de dólares, etc. Los actos corruptos
más frecuentes que se conocen acá
están referidos al robo, fraude, desfalcos,
saqueo de materias primas, productos, equipos,
herramientas o efectivo.
El "socialismo" dentro de la categoría
de corrupción menor, merece una atención
especial por el arraigo dentro de la sociedad
y las molestias que causa al producirse en las
propias narices de multitudes. Los administradores
de diferentes rangos a través de omisiones,
negligencias, abusos de la autoridad o actos abiertamente
ilegales, obtienen prebendas personales. Los sobrantes
planificados, contratos amañados, empleados
con sueldos por encima de lo establecido, nóminas
fantasmas, pago de salarios completos a ausentistas,
sobornos, sobreprecio en facturas, extorsiones
por compras de licencias, de dictámines
jurídicos, inversiones despilfarradoras,
nepotismo, soborno a los inspectores o funcionarios
para rebajar multas e impuestos.
Los actos corruptos de menor escala se originan
en empresas donde los controles administrativos
son débiles o inexistentes. Para prevenir
o corregir los vicios, cada cierto tiempo se introducen
programas rectificadores que llegan a detectar
infracciones y delitos, así como a los
autores, lo que provoca un aparente cambio de
status en las entidades y empresas, pero el problema
no se resuelve de raíz porque emerge necesaria
y cíclicamente, como sucede con las estaciones
del año. cnet/4
La
corrupción (I)
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