PRENSA INDEPENDIENTE
Marzo 31, 2004

CORRUPCION
La corrupción (II)

SANTA CLARA, marzo (www.cubanet.org) - En Cuba la corrupción alcanza todos los niveles, afectando a leales, neutrales y opositores del sistema. Abarca a empresas de diversos tamaños y jerarquías, centralizadas o no, formales e informales. Según Puertas este flagelo no comenzó como un virus capitalista que se coló en las fisuras socialistas de la isla, ni tampoco nació en los 90 con las reformas económicas, sino que han existido siempre desde la épocas heroicas y las de mayor crisis, pero se disparó con las campañas internacionalistas por distintas latitudes del planeta, al igual que en el Período Especial, considerada la mayor crisis de la historia del fidelismo.

Según Puertas la corrupción existe a diferentes niveles, unos a gran escala, al por mayor que se corresponde con las élites gubernamentales y otra a menor escala, propia de la calle, el vecindario, en empresas, en el mercado negro, los cuentapropistas y en fin en la llamada economía de resistencia. La primera denominada Corrupción Mayor y la segunda es la Corrupción Menor.

Los hechos más comunes de corrupción mayor están del lado del soborno, robo de activos, protección a la criminalidad, el narcotráfico, falsificación de dólares, venta de pasaportes, visas y salidas ilegales del país, de obras de arte pertenecientes al patrimonio nacional, contrabando de mercancías y valores, así como el blanqueo del dinero negro de dudosa procedencia. También pertenecen a este grupo de actos indecorosos, el disfrute y consumo gratuito por funcionarios y políticos de bienes y servicios en instituciones y empresas públicas o sociales y excepcionalidades en la aplicación de leyes. Prominentes personalidades de la nomenclatura, administradores, gerentes, ministros, son los más susceptibles a actos corruptos de esta envergadura, aunque muy pocas veces aparecen en los titulares de los periódicos radiales, televisivos o escritos. Recuerdo el caso de Luis Orlando Domínguez-Landy- primer secretario de la UJC nacional, el de los funcionarios del departamento MC que dirigía Antonio la Guardia, el escándalo del proceso al general Arnaldo Ochoa o el ocurrido en el 2001 con el ministro de pesca Orlando Rodríguez Romay; casos que salieron a la luz pública en momentos convenientes.

La corrupción asociada a la generalizada economía de resistencia es la menor, la que se justifica por las carestías permanentes, expresada en los mecanismos informales de supervivencia. Comúnmente conocidos como bisneo, trapicheo, la lucha, buscarse la vida y socialismo, se identifican a nivel de pueblo con acciones del jinetero, merolico, ratero, listero, colero. El abastecimiento fundamental procede de los activos del Estado a través del robo o el desvío de recursos autorizado por administradores o funcionarios públicos.

Los productos más comercializados por los cubanos de a pie son los alimenticios, como el arroz, el aceite, frijoles, carnes, mariscos, huevos, pero también rones, cervezas, medicinas, gasolina, artículos de uso doméstico. Dentro de esta categoría de actos corruptos también se encuentran las compras de documentos importantes, dentaduras postizas, inscripciones de estudiantes, reservaciones en hoteles. El pago del "tócate" a los inspectores en los mercados es buen ejemplo de corrupción menor, así como la venta de productos a precios superiores en las tiendas dolarizadas, las ventas de colas en entidades estatales, la venta de dólares, etc. Los actos corruptos más frecuentes que se conocen acá están referidos al robo, fraude, desfalcos, saqueo de materias primas, productos, equipos, herramientas o efectivo.

El "socialismo" dentro de la categoría de corrupción menor, merece una atención especial por el arraigo dentro de la sociedad y las molestias que causa al producirse en las propias narices de multitudes. Los administradores de diferentes rangos a través de omisiones, negligencias, abusos de la autoridad o actos abiertamente ilegales, obtienen prebendas personales. Los sobrantes planificados, contratos amañados, empleados con sueldos por encima de lo establecido, nóminas fantasmas, pago de salarios completos a ausentistas, sobornos, sobreprecio en facturas, extorsiones por compras de licencias, de dictámines jurídicos, inversiones despilfarradoras, nepotismo, soborno a los inspectores o funcionarios para rebajar multas e impuestos.

Los actos corruptos de menor escala se originan en empresas donde los controles administrativos son débiles o inexistentes. Para prevenir o corregir los vicios, cada cierto tiempo se introducen programas rectificadores que llegan a detectar infracciones y delitos, así como a los autores, lo que provoca un aparente cambio de status en las entidades y empresas, pero el problema no se resuelve de raíz porque emerge necesaria y cíclicamente, como sucede con las estaciones del año. cnet/4

La corrupción (I)



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