DESDE
LA CARCEL
Crónica
a tientas
Manuel Vázquez Portal, condenado a 18 años
de prisión.
PRISION DE BONIATO, septiembre (www.cubanet.org)
- Norges Cervantes viene algunas tardes a mi celda.
El vive al principio del pasillo, en la celda
3 junto a la de Normando Hernández. Cuando
siento su bastón golpeando a las paredes,
sé que se acerca. Casi llegando a mi celda,
grita mi nombre y yo le respondo para que se oriente.
Me saluda risueño. El no sabe si yo le
sonrío. Tengo que poner alegría
en mi voz para que sepa que me agrada su visita.
Es una visita breve. Dura lo que demoran en limpiarle
su celda. Me cuenta sobre los años que
lleva preso. Me explica su delito. Asesinó
a una mujer. No podía con ese peso en la
conciencia y se sacó los ojos. Se los punzó.
Quizás él no conoce a Edipo. Quizás
no sabe que en esa tragedia otro hombre se sacó
los ojos cuando supo que había hecho el
amor con su madre. Estoy seguro que no conoce
el teatro griego, pero estoy más seguro
aún que sí sabe lo que es la tragedia,
el trágico destino de vivir a tientas en
una cárcel.
No sé qué leyes rigen en su caso.
No sé si la condena que le impuso un tribunal
humano es más o menos rigurosa que la que
le impuso su conciencia atribulada por la violación
del sagrado mandamiento "no matarás".
Pero lo cierto es que además de ciego,
extingue una sanción de cadena perpetua.
Por las tardes, cuando llega a mi celda, empequeñezco
de impotencia. No sé qué aconsejarle,
con qué aliviarle su tormento, cómo
librarlo de su doble encierro.
Hace cuatro años, un 26 de julio, se pinchó
los ojos. Cada vez que llega ese día él
hace un ayuno. ¿Será ésa
la razón por la que no le han otorgado
el beneficio extra penal? Yo no hubiera creído,
si me lo hubieran contado, que en Cuba, en la
cárcel de Boniato, en el pabellón
de máximo rigor conocido como Boniatico,
existe un preso ciego. Sin embargo, recordé
de inmediato a un opositor de la provincia de
Ciego de Ávila, también ciego, que
extingue una condena por no estar de acuerdo con
el gobierno.
Habría que ver, como yo lo he visto, los
padecimientos de estos hombres sin visión
para sobrellevar los rigores de la cárcel.
¿Vale la pena mantener encerrados a estos
individuos? ¿Hay una condena mayor que
no poder ver el mundo? ¿No se podría,
ya que deben purgar sus culpas, aliviarlos con
una cárcel más benigna y humana?
¿Hay centros penitenciarios para invidentes
en el mundo? 24 horas de encierro en una celda
de aislamiento para un ciego ha de ser como una
visita anticipada al infierno.
El gobierno cubano se vanagloria de su humanismo.
¿No habría en Cuba un lugar menos
atormentador que Boniatico, donde los videntes
a veces no podemos con la carga de su rigor carcelario,
para Norges Cervantes? Si no pueden o no quieren
concederle el beneficio extrapenal, ¿por
qué no buscarle un lugar más adecuado
para que extinga su condena? No puedo mirar en
sus ojos, son falsos, artificiales, inexpresivos,
pero en su alma sí he mirado y creo que
merece no estar en Boniatico.
DESDE
LA CÁRCEL:
La sombra de la sombra
¡Vaya "capos"!
Diario de prisión
Diario (continuación)
Poema
Breve descripción
|