MIAMI, Estados Unidos -. La influencer y artista María Karla Rivero Veloz, conocida como Maka, brindó una extensa entrevista a CubaNet, de la que hace unos días atrás publicamos la primera parte, donde habló de su exitoso show en vivo en Internet La casa de Maka, su trabajo como actriz, su familia o su país.
En esta segunda parte, buena parte de las preguntas estuvieron dedicadas a recordar la figura de su padre, el poeta y preso político Raúl Rivero, que falleció en 2021.
—¿La entrevista que más has disfrutado en el programa?
—Uy, difícil. Disfruté mucho. Bueno, me reí mucho con una entrevista que le hicimos a Antolín El Pichón. Me reí mucho con una que le hicimos a Tomey. Mira, es bien difícil porque cada entrevista es totalmente diferente porque viene con la energía del artista. La de mi mamá también que fue llena anécdotas.
Sí, por ahí. Porque es, es bien difícil
—¿La más difícil de conseguir o de lograr?
—Ah, la de papá. Cuando nosotros hicimos la revelación del sexo acá de mi hijo. Le dijimos que venía, que tenía que hablar, y fue complicado para que él entendiera que tenía que sentarse: “Pero ¿por qué me hacen hacer este castigo? “Papi, porque vamos a hablar de la familia, del niño”.
Por supuesto, ahí hablamos muchísimo de su historia. Pero sí, fue complicada conseguir la entrevista a mi papá.
—¿Qué te gustaría hacer en tu vida profesional que no has hecho?
—Yo creo que me gustaría… Es decir, sí, lo hice, pero fue algo cortico y me gustaría hacerlo un poco más a lo grande: cine.
Me encantaría hacer cine.
—¿Lo que más admiras de tu mamá?
La fuerza que tiene mi mamá, es una guerrera. Sí. Y el amor que tiene por su familia.
—¿Lo que te hubiese gustado que tu padre, Raúl Rivero, hubiese visto antes?
La libertad de Cuba, pero sin pensar, la libertad de Cuba.
—Tus abuelos, tu mamá, tu tío, tu primo, tu hermana, vienes de una familia de artistas. ¿Qué tan desafiante ha sido conseguir tu propio éxito?
—Mira, yo creo que ha sido poco a poco, que me lo he ganado, que lo he trabajado. He tenido, por supuesto, el apoyo de mi mamá, de mi tío, de mi primo, de mi hermana, mi prima, que también es una excelente actriz.
Y llevar ese apellido ha sido un orgullo porque además es una familia completa donde hay actores, donde hay cantantes. Y yo creo que yo he ido poco a poco, a mi paso. Y estoy satisfecha. Creo que lo estoy haciendo bien, pero siempre teniendo el apoyo de ellos. Mi mamá también siempre es de las que me dice por aquí, bien, pero es exigente igual que Jean Michel, mi esposo, es muy exigente, cosa que les agradezco mucho porque de eso he ido aprendiendo y aprendiendo y aprendiendo.
Sí ha sido difícil si lo ves de “ella es la hija de Coralita o es la hermana de Tahimí o es la prima o es la sobrina de”, pero yo eso lo vivo con tanto orgullo porque es mi familia.
Así que cargaré con eso toda mi vida y será un orgullo, eh, que llevo aquí en mi bolsita.
—¿A qué edad llegas a Estados Unidos? ¿Cómo recuerdas esa primera época?
Yo llegué acá con 21 años y llegué porque estaba casada con Jean. A Jean Michel le había llegado el bombo, el sorteo del 98. Y ya hace poco, nosotros justo hablábamos de la sensación cuando uno llega acá: te sientes como en una burbuja donde todo el mundo te quiere explicar tantas cosas, donde cada cual te cuenta desde su experiencia y cada cual quiere que tú vivas su experiencia.
Y tú dices, dios mío, una cantidad de información que para ti es completamente nueva, donde todo el mundo casi te exige: “tienes que pasar por esto” y “tienes que hacer esto y tienes… Y al final, yo creo que cada cual va labrando su camino y va haciendo su propio su propio camino acá a su forma, según su experiencia. Pero sobre todo esos primeros meses, esa sensación de burbuja, de todo esto es nuevo. Yo vi además con jean Michel.
Mi tío se había ido en el 89. Yo nací en el 85. Entonces vine con Jean, que sí tenía a su mamá acá, y yo siempre fui muy apegada a mi mamá. Entonces esa sensación de vacío fue muy difícil, pero yo creo que trabajé muchísimo en eso, antes de dar ese paso y decir, voy a comenzar de cero. Voy a comenzar al lado de Jean Michel, ya llevábamos como dos años de relación.
Pero hoy, 17 años después, te digo que vale la pena, lo volvería a hacer y esa sensación se va quitando con el tiempo.
Así que lo haría 100 por ciento otra vez. Exactamente igual. No cambiaría nada.
—Tras la polémica por el comercial de tu hermana Tahimí para Katapult, tú te posicionaste en público y señalaste que no estabas de acuerdo, ¿por qué hiciste y como fue para ti dar esas declaraciones que implicaban a tu propia hermana?
—Bueno, lo que yo dije también se lo había dicho a ella en privado, nosotros hablamos todo el tiempo.
Tenemos una comunicación, mi hermana, como dije y siempre he dicho, es mi segunda mamá, es de esas mujeres que yo amo con toda mi vida, que respeto muchísimo, y lo que yo dije ahí, ya yo se lo había dicho a mi hermana.
Igual, creo, da igual si eres figura pública o no, yo no le exijo a nadie que me dé explicaciones de por qué hace algo o por qué su amigo o por qué su familia hace algo. Entonces dije eso en el programa, cosa que ya le había dicho a mi hermana. Después de eso, si algo tengo que yo decirle a alguien, lo llamo por teléfono, lo llamo FaceTime, quedo con esa persona, lo veo y se lo digo.
—Para quienes no lo sepan. Cuenta a la audiencia de CubaNet quién fue tu padre y qué significó para ti.
—Mi papá, eh, fue… lo que se me vino a la mente no te lo puedo decir en esa palabra, pero mi papá fue un valiente. Fue un gran padre. Fue alguien que luchó por ver la libertad de Cuba.
Me acuerdo de que cuando pasó todo lo del 11 de julio, nosotros estábamos acá en el programa comentando todas las cosas que estaban pasando, yo me acuerdo de que me emocioné tanto y le dije “creo que llegó la hora de que lo puedas ver, una Cuba libre”. Desgraciadamente no pudo ver eso por lo cual tanto luchó, por lo cual cumplió también años de prisión solamente por pensar diferente, solamente por escribir en contra de una dictadura que actualmente sigue aplastando y acabando con el pueblo de Cuba.
Mi papá fue, y es, porque me sigue guiando desde donde está, un excelente padre. Un hombre con mucho respeto a él y a todas las personas que lo rodeaban. Siempre respetó a todo el mundo y siempre luchó por lo que creyó.
—¿Cómo fue para ti, siendo tan joven, ser hija de un preso político?
—Mira, al principio cuando me contaban, había cosas que yo no entendía. Era demasiado chiquitica. Luego, cuando me contaron por primera vez que él estaba preso, para mí cuando tú vas preso es porque haces algo mal, y no entendía que era lo mal que había hecho mi papá.
Y yo me acuerdo de vivir con un orgullo de mi papá, porque además tenía también el apoyo de mi mamá, que hay muchas personas que critican, que juzgan, que hablan sin saber tu historia, y se creen con el derecho de dar una opinión.
Y mi mamá fue de las personas que apoyó siempre a mi papá, que estuvo siempre para mi papá, lo que le hiciera falta, desde dejarlo en un lugar donde iban a una conferencia de prensa, como cuando lo dejaron sin trabajo a él y a su viuda, a Blanca Reyes. A Blanquita la sacaron de su trabajo; a él, por supuesto, no le daban trabajo. Y mi mamá siempre estuvo ahí para ellos, como mi papá también estuvo para mi mamá en algún momento que lo necesitó.
Entonces, yo la verdad que cuando comencé a entender y aprender un poco más lo que hacía mi papá, que orgullosa, de verdad me sentí, súper súper orgullosa de ver lo que estaba haciendo, y empaparme un poco más, y entender mucho más.
—¿Qué significó para ti tu papá?
—¿Mi papá? Mi papá… [se emociona] era un hombre con quien tú podías conversar de lo que fuera, da igual el tema que fuera. Podías conversar de lo que fuera, podías sentarte y te pasabas horas y horas. Mi papá tenía historias para todo. Tenía historias de la familia y fue un excelente papá de esos que tú le decías: “hice esto”. Me decía “okey, ¿cuál es la solución? Te ayudo a buscar la solución”. Y siempre estaba y siempre escuchaba. Yo me acuerdo cuando nació Iré, que nosotros íbamos para allá, y él se pasaba horas jugando con Iré. “Anda, titi. Anda, titi”, le decía mi papá, “Anda, titi”. Le decía mucho, mucho eso. Y yo: papá por qué le dices tanto eso. El niño lo miraba así y se reía.
Y ahora yo le enseño fotos. Yo le hice muchas fotos. Y le enseñó fotos a Iré de abuelo Raúl. Y me decía mamá, pero él estaba jugando conmigo. Él tiene la relación de mi hijo Iré con mi papá actual, es de una química impresionante. Es una conexión que es del otro mundo, literal. Y él habla mucho mucho de su abuelo.
Para mí, mi papá ha sido de las personas más importantes en mi vida y al cual respeto, y voy a respetar toda mi vida, y llevaré con mucho orgullo mi Rivero.
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