LA HABANA, Cuba.- Al ministro de Economía y Planificación, Ricardo Cabrisas, parece haberle correspondido una de las tareas más incómodas durante la reunión del Consejo de Ministros celebrada recientemente. Él dio a conocer los resultados de la economía durante el primer semestre del actual 2017.
Continuando la tónica de reuniones anteriores, fue evidente el ocultamiento de ciertos datos y cifras —al menos no aparecieron en la prensa oficialista— que permitieran aquilatar con certeza la situación por la que atraviesa la isla.
En ese sentido el señor Cabrisas se limitó a declarar que “durante el primer semestre del año el desempeño de la economía nacional estuvo en correspondencia con los pronósticos elaborados para la planificación del 2017”.
Esa afirmación, de por sí, basta para imaginar que las cosas no marcharon muy bien, pues el plan se había elaborado en medio de una tensa situación con la disponibilidad de divisas, con la perspectiva de que no se obtuvieran los ingresos previstos debido a la caída de las exportaciones, además de que se mantuvieran las limitaciones en el suministro de combustibles.
En primer término resalta el hecho de que no se informara acerca del comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB), ni de su posible magnitud para el final del año. Se trata de un indicador que nunca falta en los análisis económicos de las autoridades cubanas. El plan tenía previsto que creciera en el entorno del 2%, que ya resultaba insuficiente para apuntalar el despegue de la economía. Entonces la omisión podría interpretarse como un probable incumplimiento de esa cifra, e incluso hasta de un crecimiento negativo del indicador
Tampoco se refirió el Ministro a cómo marchó la inversión extranjera durante el semestre. Hay que recordar que, con evidente pesimismo, se dijo que en el 2017 solo representaría el 6,5% de la inversión total.
El plan concebía la terminación de 9 mil 700 viviendas, así como el inicio de la construcción de otras 4 mil 890. Un asunto de extrema sensibilidad debido a la escasez de viviendas que padece la isla. No obstante, en el informe al Consejo de Ministros no hubo referencias a este tema.
Acerca de los pocos datos informados por el alto funcionario, sobresalen los incumplimientos en el transporte de cargas por ferrocarriles, en las producciones de leche y carne vacuna, así como las 300 mil toneladas de azúcar dejadas de producir en la zafra recién concluida. Claro, el señor Cabrisas aclaró que en los incumplimientos había pesado el tema de la sequía que golpea al país.
Finalmente, no podemos determinar cómo se comportaron los impuestos pagados por los trabajadores por cuenta propia al final de la campaña de Declaración Jurada de Ingresos Personales que concluyó el 30 de abril. Por una parte, Cabrisas expresó que el Presupuesto había conocido de “un comportamiento favorable de los ingresos tributarios”. Sin embargo, el zar de la actualización del modelo económico, Marino Murillo, en otro momento de la reunión, y al explicar que habría próximamente un “perfeccionamiento” del trabajo por cuenta propia, insistió en que los cuentapropistas incumplían sus obligaciones tributarias y subdeclaraban sus ingresos personales.
De continuar así las cosas, no es de extrañar que volvamos a los tiempos en que la opinión pública no sabía cuándo se reunían los ministros, ni qué temas eran tratados.