SANTIAGO DE CUBA. – “¡Engañando al pueblo!”, exclamó una señora en medio de una caótica cola para comprar colonia Bonabel en la Tienda Recaudadora de Divisa (TRD) conocida como “El Palo Gordo”, en Santiago de Cuba, luego de descubrir la existencia de varias cajas del producto, escondidas en el centro tras haberse finalizado oficialmente la venta.
La tienda ubicada en la esquina de Santo Tomás y San Jerónimo comenzó la comercialización de la colonia cerca de las 9:00 de la mañana del pasado viernes, cuando una multitudinaria fila se aglomeraba a las afueras del centro. Justo a las 2:30 de la tarde, trabajadores del centro comunicaron a los presentes que se habían terminado las colonias y se disponían a cerrar la instalación, alegando que debían asistir a una reunión.
Sin embargo, las personas en la cola pudieron comprobar a través de los cristales la existencia de cajas ocultas tras los mostradores, lo que desató una avalancha de protestas. Aunque pidieron explicaciones, los funcionarios del centro se negaron a responderles.
Tras los hechos, algunos de los presentes se dirigieron a la estación de policía conocida como El Palacete, ubicada en la misma cuadra que la TRD en cuestión.
Más tarde, agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) ordenaron seguir la venta de la colonia, que se expende en la red de tiendas en CUC por un valor de 2,50 CUC, racionada a un pomo por persona.
No obstante, los presentes expresaron su inconformidad por el manejo de este tipo de situaciones y las discretas sanciones administrativas a implicados en el acto de acaparar productos de primera necesidad.
Así lo refiere Nelva, quien dice haber estado en la cola desde las 10:00 de la mañana. “La Policía llegó para hacer bulto nada más, para controlar el supuesto disturbio y para decir que siguieran la venta. Sin embargo, no he visto que llamen a un inspector para que multe a estos tenderos y sobre todo a la gerente. Al final, salen ilesos y mañana vuelven hacer lo mismo con otro producto”, dijo a CubaNet.
Igualmente, Jesús, quien también se encontraba en la cola, acotó: “El Gobierno ha dado a entender que la culpa del desabastecimiento en parte es de los coleros y los acaparadores, pero para mí el mayor descaro es de los mismos que trabajan en las tiendas y son los que esconden la mercancía para revenderla y proveer a los merolicos. Además, lo hacen a una escala mayor que una persona, que hace las cola dos veces para coger dos pomos extras”, lamentó.
“He visto cómo esa misma colonia es revendida en la calle a 6 y 8 CUC cuando por el Estado vale solo 2,50, y eso que no tienen ni calidad. Lo mismo pasa con todos los demás productos de alta demanda, y lo más alarmante del caso es que es una cosa sabida y no veo que a los tenderos los sancionen o los boten del trabajo por eso”, selló el santiaguero que, a pesar de haber pasado más de tres horas en la fila, no alcanzó a comprar.
En medio de la actual pandemia de coronavirus, la escasez de artículos de alta demanda ha escalado a puntos críticos. Conseguir un jabón, una colonia o simplemente detergente para platos es una verdadera hazaña, en medio de acaparadores y revendedores que buscan opciones para apoderarse de las limitadas ofertas en la red de tiendas del país, para luego duplicar el valor de estos productos en el mercado ilegal. El gobierno, por su parte, ha desatado una campaña contra los llamados coleros o acaparadores, pero no ha aceptado que el mayor problema radica en los propios centros comerciales.
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