LA HABANA, Cuba. – Siendo apenas una niña, Sissi Abascal Zamora presenció una golpiza a sus padres en una estación policial. Su padre, Armando Abascal, había sido detenido por su activismo en contra del régimen cubano y su madre, Annia Zamora, había acudido al lugar junto a sus tres pequeños hijos para saber de él y exigir su liberación.
Ese episodio marcaría a Sissi, la menor de los tres hermanos, de por vida, según confesó a esta reportera. Por eso, al cumplir 16 años decidió seguir los pasos de sus padres e inscribirse como miembro del opositor Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel, dirigido por el actualmente preso político Félix Navarro, y como dama de blanco, al igual que su madre. De esa forma, se convirtió en la integrante más joven del grupo femenino.
En los años siguientes, cada domingo Sissi salió a las calles de su pueblo, Carlos Rojas, municipio Jovellanos, en Matanzas, para exigir la libertad de los presos políticos. Fue golpeada, multada, amenazada y chantajeada por oficiales de la Seguridad del Estado y policías.
El 11 de julio de 2021 (11J), una vez más, tomó las calles, esta vez acompañada de casi todos los pobladores de Carlos Rojas, quienes gritaban consignas antigubernamentales.
“El 11J fue algo maravilloso ―cuenta su madre a CubaNet―, algo que quedará para la historia, que marcó un antes y un después en nosotros y en el pueblo cubano; fue algo que inspiró a muchas personas que gritaron ‘libertad, patria y vida’. Fue increíble”.
“Alrededor de las 6:00 de la tarde [del 11J] llegaron [a Carlos Rojas] fuerzas represivas en guaguas y camiones. Traían botellas y palos en las manos y nos agredieron. Mi hija Lissi sufrió heridas en la frente y tuvieron que darle puntos en el hospital. Todos fuimos golpeados”, relata Annia Zamora.
El padre de Sissi fue detenido y mantenido en estado de desaparición forzada durante 14 días. Las autoridades iniciarían un proceso judicial contra Annia y Sissi, que luego solo mantuvieron contra Sissi.
Cuatro meses más tarde, la joven fue condenada a seis años de privación de libertad por los supuestos delitos de “atentado”, “desacato” y “desorden público”. El 27 de diciembre de 2021, al finalizar el proceso de apelación en el Tribunal Municipal de Jovellanos y sin previo aviso, fue trasladada a la prisión sin siquiera permitirle despedirse de su familia.
Desde entonces, se encuentra recluida en la prisión La Bellotex, en Matanzas.
A sus 26 años, Sissi Abascal continúa siendo la dama de blanco más joven del país.
El juicio
El 19 de septiembre de 2021 llegó un funcionario del régimen a la casa de Sissi Abascal. Decía ser del Tribunal y llevaba consigo una citación oficial para el juicio, el 3 de octubre, con una petición fiscal de seis años.
“Todo fue manipulación, algo que gestó la Seguridad del Estado porque nosotras no cometimos delitos, como dije; fue algo a lo que tenemos derecho: a salir a las calles a manifestarnos”, asegura Annia Zamora.
“El juicio fue algo muy doloroso para mí ―continúa relatando―: ver a mi hija siendo acusada de tantas cosas por personas que son todos miembros del MININT, personas corruptas que, tras un uniforme, se prestan para todas esas cosas porque la oficial del MININT Silvia Martínez Montero, política de la unidad de la Policía del municipio de Jovellanos, acusó a mi hija de haberla golpeado. Eso no fue cierto; todo lo contrario: fuimos nosotras las golpeadas y las agredidas. Eso demuestra que fue un juicio amañado, falso, con una fiscal muy agresiva. Recuerdo que ofendía, que gritaba”.
El Tribunal ratificó la petición fiscal y, el mismo día de la apelación, “se la llevaron”.
“Había mucho operativo en los alrededores del Tribunal; había policías con armas largas, con perros; dejaron pasar a tres personas nada más. Hubo un movimiento muy fuerte de policías. Yo le digo a mi hija Lissi que algo pasaba, que me daba la impresión de que se la iban a llevar. Ella me dice que no porque el abogado nos había explicado que teníamos 10 días para apelar al [Tribunal] Supremo. Pero así fue. Me cuenta Abascal que la guardia del penal se le abalanzó rápido y la sacó; después sabemos que la introdujeron en una patrulla, una patrulla que iba a alta velocidad y que, por poco, tiene un accidente”.
Las autoridades la condujeron directamente a la prisión La Bellotex, donde estuvo 15 días en aislamiento: “15 días que no sabíamos de ella. Después empezó como un terror psicológico. (…) El día que vi a mi hija por primera vez en la prisión nunca se me va a olvidar, nunca, porque tenía una toallita así en la mano cuando llegué, con aquel uniforme, y estaba tan pero tan delgada que estaba irreconocible. Llevaba todo ese tiempo en aislamiento, sin alimentación, porque no podía comer”.
Annia define a Sissi como “una niña criada con mucho amor” y con “una valentía y una dignidad tan grande que se ha crecido en todo este tiempo”.
“Ella nos da fuerzas ―dice la madre―, nos da aliento y es un ejemplo en la prisión para todo el mundo, para las presas y para las guardias también, porque ella defiende su dignidad y su amor por la patria y que es una dama de blanco y un miembro del Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel”.
La presa negativa
Sissi se encuentra recluida en régimen severo. “Eso significa que está todo el tiempo tras las rejas, con candado y uniforme azul”, precisa su madre. Además, cuenta que la llaman “la presa negativa” porque se niega a participar en todas las actividades políticas y de reducación (adoctrinamiento) que exigen en las prisiones cubanas.
“Las condiciones en las que se encuentra son inhumanas. Tenemos que llevarle todo lo que come y hasta el agua de tomar. La alimentación en el penal es muy poca y muy mala; por eso ella no va al comedor de la prisión. Sobrevive a base de galletas, leche en polvo y lo que podemos llevarle en las visitas cada 15 días, pero eso no la alimenta bien, pudiera causarle una anemia”, refiere Annia.
Además, vive rodeada de insectos como chinches y mosquitos.
“En dos ocasiones ha sufrido en su cubículo intentos de asesinato. Lo considero así porque las agresiones fueron orientadas por la Seguridad del Estado a presas comunes. Nuestros presos conviven con presos comunes; con mi hija hay asesinas, delincuentes, mujeres que han cometido todo tipo de delitos. En dos ocasiones han incendiado colchones y su vida ha peligrado. A todo eso se está enfrentando mi hija, como todos los demás presos políticos”.
Represión más fuerte
Annia Zamora y su esposo han mantenido su activismo opositor. Cada domingo, pese a la vigilancia de oficiales de la Policía política, salen de su casa para protestar pacíficamente por la libertad de los presos políticos. Y cada domingo, son arrestados, conducidos a una unidad de la Policía y liberados horas más tarde con multas.
También les ponen operativos de vigilancia en fechas conmemorativas, como el 11J o el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, para impedirles protestar pacíficamente.
“La represión, después que tenemos a Sissi presa, también se ha hecho mucho más fuerte”, asegura Annia.
“Inclusive, yo tengo prohibido ir a La Habana; cada vez que intento ir soy detenida por horas. La última vez que estuve en La Habana me detuvieron frente a la casa de Martha Beatriz Roque, me condujeron a la Unidad de Policía de Aguilera; de ahí me llevan a otra unidad y, como a las 7:00 de la noche, me montaron en una patrulla y me sacaron hasta las afueras de Guanabo y, en plena carretera, ya oscuro, me dejaron ahí. Eso fue el año pasado”, narró.
“Fuerzas, mamá”
Como miembro de las Damas de Blanco, Annia Zamora refiere que ha luchado, y lucha, por la libertad de todos los presos políticos. “Pero, el sentirlo en mi piel, en mi corazón, el tener una hija presa, es algo que yo nunca pensé. Por eso le digo a todos esos familiares, madres, hermanos, padres [de presos políticos] que debemos unirnos, que en la unión está la fuerza”.
“Es muy importante que cada familiar denuncie, que muestre la foto de esa persona que tiene en ese lugar para que el mundo lo sepa, que en Cuba sí hay presos políticos, que son amenazados, torturados física y psicológicamente, que la prisión política es algo muy doloroso porque los están torturando todo el tiempo y que la vida de un preso político corre peligro”, sentenció.
Pese al sufrimiento que representa tener a su “niña” presa injustamente, Annia confiesa que es su hija la que la inspira y le da fuerzas para seguir adelante.
“Sissi impresiona”, dice su madre a CubaNet. “Siempre sale con una altivez que sobresale, con mucha alegría cuando ve a toda la familia. Siempre le llevamos a los pequeños, sus sobrinos, que ella adora. Ella mantiene un amor muy grande por su patria, sigue luchando por su libertad. Siempre me dice ‘Mamá, fuerzas, yo de aquí voy a salir, esta no es mi casa y, cuando salga, vamos a continuar porque tenemos que seguir luchando por la libertad de nuestra patria, por la libertad de todos los presos políticos’. Sissi me inspira, me da fuerzas, me da ánimos… a todos nosotros”.
Annia también cuenta que su hija “mantiene una dignidad y esa frente siempre en alto”. Aunque constantemente la amenazan con negarle todos sus derechos y negarle los beneficios que le corresponden, ella les dice a sus carceleros: “No importa, yo, Sissi Abascal, la dama blanco, entré por seis años pero estoy dispuesta a lo que sea, yo no voy a cambiar. Yo soy Sissi Abascal y soy una presa política. Yo no soy una presa común”.
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