De la Zanja Real al Acueducto de Albear, una de las maravillas de la ingeniería civil cubana

MIAMI, Estados Unidos. – La ciudad de San Cristóbal de La Habana fue fundada a principios del siglo XVI. Uno de los primeros problemas que debieron solucionar las autoridades locales tuvo que ver con el suministro de agua para el consumo de la villa. Inicialmente, esta era llevada a la ciudad en toneles tirados por animales y embarcaciones menores, hasta que en 1550 el Cabildo habanero acordó regularizar su envío a la plaza desde el río la Chorrera mediante buques de mayor porte. Estas medidas remediaron parcialmente la situación.
En 1588 se iniciaron las obras del primer acueducto de la villa conocido por Zanja Real. Los trabajos se concluyeron en 1592. El ingeniero Juan B. Antonelli se hizo cargo de las obras. El río Almendares fue represado en 1590. No sería hasta 1759 que se reformaría la presa, y la zanja se extendió en tres kilómetros. Para 1871 le fueron añadidos filtros purificadores. La Zanja Real abasteció de agua potable a La Habana durante 243 años.

El crecimiento de la ciudad, los desbordamientos del río y la proximidad de arroyos cenagosos entre otros factores hicieron que las autoridades españolas solicitaran a la metrópoli la construcción de un nuevo acueducto, petición aprobada por Real Decreto el 11 de enero de 1831. Se le puso por nombre Fernando VII. Los trabajos le fueron encargados al coronel Manuel Pastor y a don Nicolás Campos. Se iniciaron en 1831 y concluyeron en 1836. Por errores en los cálculos fue necesario simultanear el servicio brindado por la Zanja Real con los del acueducto Fernando VII, pero la tubería de hierro fundido de este último se siguió utilizando hasta 1893, en que fue conectada a los depósitos de Palatino. De todas maneras, con el Fernando VII no se logró el mejor servicio por diferentes razones técnicas el caudal que llegaba a la ciudad era escaso y sus aguas turbias.
Se requería la obtención de más y mejores abastecimientos de este elemento natural. Para ello se acopió en una taza colectora de los manantiales que brotaban próximos a Vento sobre el río Almendares. El ejecutor de esta obra fue el ingeniero Francisco de Albear, presidente de la Junta de Obras Públicas de Cuba. Así nació el acueducto de Albear.

El 28 de noviembre de 1858 iniciaron el proyecto. En febrero de 1859 asumió Albear su dirección, y dos años más tarde fueron ultimados los estudios de factibilidad, mediciones, materiales a emplear, y otros. El caudal previsto provendría de 400 manantiales que entregarían 40 millones de galones por día y se recogerían en una gigantesca taza de cantería con aliviadores y compuertas. Los manantiales estaban próximos al río habanero y en la orilla más lejana de la población. Se levantó como pared a la taza un muro para impedir los desbordamientos de aquel dentro de esta. El objetivo: evitar que se contaminara su potabilidad. Debajo del lecho del río se construyó un túnel por donde pasan aún hoy dos conductoras de hierro fundido que comunican la taza con un canal de cantería de 6 millas de longitud hasta los tanques de distribución de Palatino.

El 26 de junio de 1861 se colocó la primera piedra del muro principal de la taza, y el 1 de marzo de 1872 la del túnel. Fue necesario conectar la parte del canal terminado a la antigua red de distribución y los filtros del Fernando VII, pues no era posible esperar la culminación de las obras para comenzar a suministrar el líquido a la población. Albear no pudo ver concluida su obra, que ya incluía la taza colectora, el canal y el túnel comunicador. Falleció el 23 de octubre de 1887. Los trabajos se paralizaron hasta que en 1889 se les entregó a una firma estadounidense representada en Cuba por el señor Narganis, quien la concluyó.
Hasta hoy el acueducto de Albear se considera una de las grandes obras de la ingeniería civil cubana.
La obra recibió Medalla de Oro en la Exposición Universal de París en 1878. Entre los elementos que la han hecho trascender sobresalen la armonía estética entre la construcción y el entorno, así como tener en cuenta el cuidado de la sostenibilidad ambiental.
Actualmente sigue abasteciendo a una gran parte de la ciudad de La Habana.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +525545038831, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.