Más de 60 medallistas olímpicos cubanos viven en Estados Unidos 

Una compilación preliminar de colaboradores de CubaNet indica que en esa cifra de deportistas que se han desmarcado del sistema deportivo de la Isla figuran unos 25 campeones olímpicos, 14 de ellos provenientes de las selecciones de béisbol que consiguieron el oro en los Juegos de Barcelona 92, Atlanta 96 y Atenas 04.
Medallistas Cubanos
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LA HABANA, Cuba.- Alrededor de 60 medallistas olímpicos cubanos, la mitad de ellos beisbolistas y boxeadores, hacen su vida en los Estados Unidos, especialmente en Miami.

Una compilación preliminar de colaboradores de CubaNet indica que en esa cifra de deportistas que se han desmarcado del sistema deportivo de la Isla figuran unos 25 campeones olímpicos, 14 de ellos provenientes de las selecciones de béisbol que consiguieron el oro en los Juegos de Barcelona 92, Atlanta 96 y Atenas 04.

Entre los titulares de deportes individuales sobresale Driulis González, considerada la mejor judoca de todos los tiempos en Cuba y América con participaciones en cinco Juegos Olímpicos y cuatro medallas: bronce en Barcelona, oro en Atlanta, plata en Sydney, bronce en Atenas. En Beijing 08, terminó quinta. 

La guantanamera, además de sus numerosos pergaminos internacionales, fue la abanderada de la delegación cubana a los Juegos Panamericanos de 2007 en Río de Janeiro. Tras retirarse en 2010, fue seleccionada al Salón Internacional de la Fama de Judo, y previo a mudarse para Miami, hace dos años, integró el cuerpo técnico de la preselección cubana en el centro del alto rendimiento “Cerro Pelado”, en La Habana.

“Todos los abanderados de aquella ceremonia están en Miami”, comentó a CubaNet un exfuncionario deportivo cubano que vive en Hialeah y que pidió el anonimato tras recordar que en ese acto escoltaron a Driulis el boxeador Guillermo Rigondeaux y el pelotero Yulieski Gurriel.  

Ambos llegaron a la capital de la diáspora por diferentes maneras a la estelar judoca: el primero en 2009 a través de la frontera mexicana luego de huir vía marítima de la Isla, y el segundo tras desertar en 2016 en República Dominicana junto a su hermano Lourdes Jr. al término de la Serie del Caribe. 

Otra figura sobresaliente en el listado es Magaly Carvajal, una de las más famosas Morenas del Caribe del voleibol, residente en Tampa, y con medallas de oro en Barcelona y Atlanta. Llegó a la Unión Americana desde España donde se afincó tras retirarse en Cuba luego de los Juegos Olímpicos de 1996. Compitió con la selección ibérica tras obtener la nacionalidad española en 1998. En Tenerife logró nueve títulos como campeona de liga y cerró su brillante carrera en su nueva nación como entrenadora. En 2011 ingresó al Salón Internacional de la Fama de este deporte, ubicado en Massachusetts, Estados Unidos. 

Además de Carvajal y Rigondeaux, que conquistó el oro en Sydney y Atenas entre los gallos, el también pugilista Robeisy Ramírez es el tercer atleta bicampeón olímpico entre los deportes individuales. Ramírez ganó las medallas de oro en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. En 2018 el cubano abandonó la selección nacional en México, cruzó la frontera con rumbo a Miami y se hizo profesional en 2019. 

En julio pasado retuvo su faja de peso pluma de la Organización Mundial de Boxeo en Tokio ante el japonés Satoshi Shimizu, por nocaut, pero en diciembre la perdió sorpresivamente frente al mexicano Rafael Espinoza, en la que muchos consideran la “pelea del año”, durante la velada en Pembroke Pines, Florida. 

Los otros bicampeones olímpicos, todos retirados, pertenecen al béisbol: Antonio Pacheco con dos de oro (1992 y 1996) y una plata (2000), Eduardo Paret, dos oro (1996 y 2004) y una plata (Beijing 2008), Alberto Hernández dos oro (1992 y 1996) y Lázaro Vargas dos oro (1992 y 1996).

Hernández salió de Cuba vía marítima de forma clandestina junto a Orlando “el Duke” Hernández a fines de diciembre de 1997. Fueron detenidos en Bahamas antes de continuar vía aérea a Costa Rica con destino final Florida. Pero a diferencia del “Duke”, el máscara holguinero no logró contratos con clubes de las Grandes Ligas. 

Los otros tres además de jugadores fungieron como managers en las Series Nacionales con los equipos de Santiago de Cuba, Villa Clara e Industriales, respectivamente. Pacheco dirigió al equipo cubano subcampeón olímpico en Beijing. En 2014 tras finalizar un contrato en Canadá por intermedio de la Federación Cubana de Béisbol (FCB) decidió viajar a Tampa en lugar de La Habana, junto a su esposa, donde se acogió al beneficio migratorio de la llamada https://www.cubanet.org/noticias/ley-de-ajuste-cubano-un-camino-hacia-la-libertad/Ley de Ajuste Cubano.

Desde el 2019 Paret decidió permanecer en el sur de Florida, junto a su esposa e hijas, donde ya tiene su residencia permanente. Según ha aclarado, mantiene sus derechos en Cuba, adonde ha viajado varias veces desde entonces. 

Caso similar es el de Vargas, quien en octubre pasado estuvo en La Habana en su viaje más reciente. Ha aclarado que en Cuba mantiene todos sus derechos, contrario a otros muchos perjudicados por la criticada cláusula migratoria de “dos años y un día”. El carismático jugador salió legalmente por el aeropuerto internacional “José Martí” en 2016 con rumbo a Ecuador y luego a Bahamas, desde donde viajó a Miami en compañía de su hijo Miguel Antonio, actualmente fichado por los Dodgers de Los Angeles.

Infografía: Cubanet

Otros 18 monarcas olímpicos completan la ilustre galería: en béisbol, José Ariel Contreras (1996), Yuliesky Gurriel (2004) (ambos, además, con una plata en 2000); Rolando Arrojo (1992), Osvaldo Fernández (1992) Lourdes Gurriel (1992), Orlando Hernández (1992), Roger Machado (2004), Víctor Mesa (1992), Alexis Ramírez (2004) y Carlos Tabares (2004).

Atletismo cuenta con la jabalinista Osleidys Menéndez, oro en Atenas 2004 y bronce en Sydney 20000; el boxeo con Joel Casamayor (1992), Yuriorkis Gamboa (2004), Ian Bartelemy (2004) Odlanier Solís (2004) y Andy Cruz (2020). El canotaje, con Fernando Dayán Jorge (2020) y la lucha greco con Ismael Borrero (2016), quien desde Wisconsin, adonde llegó en septiembre tras cruzar la frontera mexicana, ya se movió a Colorado, al centro olímpico del alto rendimiento de Estados Unidos, donde colabora como entrenador.

La mayoría de los medallistas olímpicos cubanos se establecieron en la Unión Americana luego de escaparse de delegaciones oficiales o tras salidas ilegales de la Isla vía marítima, por lo que debieron sufrir el castigo de ocho años sin regresar a Cuba, en caso de desear volver. Otros aprovecharon la ventaja de visas de cinco años, un beneficio que al parecer tuvieron los beisbolistas sobre todo, y otros, entre los casos más recientes, llegaron con el parole humanitario implementado por la Administración Biden en enero de 2023. 

Quizás sea el lanzador holguinero Osvaldo Fernández el primero de los monarcas olímpicos en haberse exiliado en Estados Unidos. Lo hizo el 25 de julio de 1995 durante uno de los topes Cuba-USA celebrado en Millington, Tennessee, desde donde huyó a Miami. 

De los más de 60 medallistas olímpicos del “deporte revolucionario”, unos 50 residiendo en Miami, la mayoría retirados del deporte activo, el luchador Lázaro Reinoso fue el primero en tomar la decisión de no regresar a Cuba.

El jueves 12 de mayo de 1994 Reinoso dejó al equipo cubano de lucha libre que se dirigía a una competencia en Teaneck, Nueva Jersey, durante una parada en el aeropuerto internacional de Miami. En ese momento tenía 24 años, había sido bronce en Barcelona 92 y plata en el Mundial de 1993. 

Párrafo aparte para Carlos de Cárdenas Culmell y Carlos de Cárdenas Pla, padre e hijo, capitán y timonel, medalla de plata en yatismo, la única presea de la delegación cubana en los Juegos Olímpicos de Londres 1948. Ambos partieron para Miami un año después de la llegada al poder de Fidel Castro. Culmell murió a los 90 años en Miami en 1994 y Pla falleció a los 57 en Nassau, Bahamas, en 1990.

Otra nota llamativa la aporta Annia Portuondo, luego Annia Hatch. Considerada una de las mejores gimnastas cubanas en la historia, a Annia las autoridades deportivas de su país no le posibilitaron competir con Cuba en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Se casó, emigró a Estados Unidos y fue medallista olímpica por la bandera de las barras y las estrellas en Atenas 2004. El Gobierno cubano también la había vetado para competir en Sydney 2000. En la capital griega con 26 años ganaría dos medallas de plata olímpica: una en la prueba de salto de potro y otra por equipos. 

Annia, que vive en Nueva York, salió de Cuba en 1999 y desde entonces, no ha vuelto. 

 

 

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