Adolis García, el tigre que mutó en león

Vas camino de ser héroe. Golpe a golpe, verso a verso, estás poniendo a Cuba en todas las marquesinas del planeta béisbol
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LA HABANA, Cuba.- Adolis, brother, ¿con qué tú le estás dando a la pelota? Yo te voy a decir la verdad: me has sorprendido. Siempre creí en tu calidad —porque la demostraste desde el comienzo con los Tigres de Ciego de Ávila—, pero estos ojos ciegos no te veían nivel MLB. Dabas palos, lucías con el guante, y así y todo quedabas a deber cuando te imaginaba en traje de bigleaguer.

Quizás fuera porque te comparaba con Luis Robert, la bestia que jugaba al lado tuyo. Me parecías un pelotero sobrado dentro del campeonato cubano, con potencial para rendir por encima de la media en la pelota japonesa. Pero de ahí a que hicieras estas cosas “allá arriba”…

Mi consuelo es que no fui el único que te subestimó, porque hubo mucho scout y manager y dueño que se comió el millo previamente. No se me olvida que apenas tuviste oportunidades en los Gigantes de Yomiuri, ni que después los Cardenales te vendieron como parte de una seguidilla de disparates que también presenció la salida de tu compadre Arozarena.

Sí, caballo, alguien andaba con los tornillos sueltos en San Luis, y ese alguien tiene que estar llorando a mares desde que vio que Randy fue MVP de la ALCS en 2020 y ahora lo fuiste tú, enterrador de los campeones del año pasado a fuerza de jonrones, impulsadas y un alarde de respuesta a la hora cero.

Porque eso es lo que eres: un pelotero “clutch”. Un tipo que se para bonito cuando toca. Después que te tragaste cuatro ponches en el sexto partido de la serie versus Houston, con el choque cerrado, los ángulos repletos y un Minute Maid Park que te gritaba sabrá Dios cuántas y qué cosas, le cazaste una recta a Ryne Stanek y adiós Lola. Grand Slam. Fin de la historia.

¿Qué te pasó por la cabeza en ese instante? ¿Sentiste que te desquitabas del bolazo del juego anterior, o será que le estabas cerrando la boca a José Abreu y su frase de que “no se cuquea al león”? Porque en ese momento y lugar el león no eran los Astros sino tú, ¿verdad, Adolis? Nada de Altuve, Yordan, “Pito”, Bregman: en octubre de 2023, para rugir en esa selva estaba “El Bombi”.

Y tanto, que en el séptimo juego todo fue zarpazos y mordidas. Dos jonrones, otros dos hits, cinco impulsadas… imposible hacer más para ejercer el liderazgo en unos Rangers que se encomiendan a tu swing para ganar la primera Serie Mundial en sus más de seis décadas de historia.

Asere, vas camino de ser héroe. Golpe a golpe, verso a verso, estás poniendo a Cuba en todas las marquesinas del planeta béisbol, y yo mismo he lavado la frustración del fracaso de los Yanquis con tus cuadrangulares redentores. Ya está claro que no tomas nota de tu miedo: bien lo sabe Arizona, que se rindió a tus pies en el onceno inning del choque inaugural de la World Series.

Vuelvo al inicio de la crónica. ¿Cómo coño tú haces para darle tan duro a la Rawlings? ¿Espinacas, al estilo del bueno de Popeye? ¿Sobredosis de gimnasio? ¿Inyecciones de autoestima? ¿Revanchismo?

Tal vez haya de todo eso, incluso de algo más. Pero si me preguntan, yo sí creo saber con qué tú le estás dando a la pelota. Lo que pasa es que no voy a decirlo para que no me digan mal hablado.

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