MIAMI, Estados Unidos. – Ante un panorama desafiante tanto en Cuba como en el terreno global de la industria del libro, esta semana nació la Red de Editoriales Cubanas Independientes (RedECI) como respuesta a la doble problemática de, por un lado, la censura y persecución en Cuba, y por otro, la preeminencia de los grandes monopolios y la multiplicación de disímiles plataformas y soportes para la información y la lectura.
La Red está integrada por las editoriales Almenara, Betania, Bokeh, Casa Vacía, Deslinde, Hypermedia, llíada Ediciones, InCUBAdora, Rialta Ediciones y Verbum.
En este sentido, la RedECI agrupa editoriales de identidades distintas que se ocupan del campo cultural cubano desde diversas perspectivas, posiciones intelectuales y registros estéticos, todas ellas fuera de los cauces de legitimidad y circulación del Estado. “Espectro de singularidades más que grupo homogéneo, la RedECI se propone imaginar Cuba desde esa diversidad de perspectivas, posiciones intelectuales y registros estéticos”, detalla la presentación publicada en su página web.
“Nos une la necesidad fundamental de narrar y pensar la Isla desde su interioridad trascendente y desde los múltiples centros que corresponden a nuestra circunstancia ―la de la cultura cubana― trasnacional”, también se puede leer en el comunicado.
Los miembros de la RedECI, desde la Europa Occidental hasta el corazón de México o Estados Unidos, convergen en la búsqueda de un porvenir democrático y fecundo para Cuba. “Si el Universo tiene la forma de una biblioteca, como imaginó Borges, la RedECI pretende articular una parte significativa de los empeños que hoy enriquecen el estante de lo cubano”, agrega la presentación.
La RedECI cree que la solidaridad, tanto simbólica como práctica, intelectual y política, es esencial para garantizar la supervivencia de estos proyectos y hacerlos crecer, vigorizarse y proliferar. También busca la posibilidad de que el campo editorial cubano independiente del poder se amplíe y se enriquezca con nuevos actores y organizaciones surgidos en cualquier parte del país y su diáspora.
“Nos proponemos también imaginar todas las vías posibles para acercar nuestro trabajo a los lectores cubanos, dentro o fuera de la Isla”, sostiene la declaración de la Red, aludiendo a la potencia que puede tener un libro para sobrevivir y hacer frente al totalitarismo.
La red también aspira a conquistar al público local —es decir, español, mexicano, latino, etc.— y a estrechar vínculos con circuitos, eventos e instituciones tanto del mercado global del libro como del ámbito académico. Para ello, se constituye como una red de colaboración intelectual enfocada en la reflexión sobre Cuba, pero también en la circulación y distribución de contenidos en diversos formatos.
“La red es una metáfora para ese punto múltiple de singularidad en que estamos. Es una protección contra el naufragio individual y, acaso, la oportunidad de sacar provecho ‘del agua por todas partes'”, concluye la presentación.