MADRID, España.- La iglesia dedicada a San Judas Tadeo, el patrón de los casos imposibles, cuya festividad se celebra en la liturgia católica el 28 de octubre, se encuentra en el habanero barrio de Los Sitios, en la confluencia de las calles San Nicolás ─antiguamente San Cayetano─, Rayo y Tenerife, y los callejones de Reunión y Holguín.
Fue en febrero de 1954 que pasó a llamarse parroquia de San Judas Tadeo y San Nicolás de Bari, este reconocido como el patrono de marineros, mineros, niños, mercaderes, arqueros, ladrones arrepentidos, cerveceros, panaderos, viajeros y estudiantes; aunque el templo se conoce en el presente como el de San Judas Tadeo. Y la historia de la edificación es mucho más longeva.
Juan de las Cuevas Toraya, en 500 años de construcción en Cuba, apunta: “Esta pequeña iglesia fue levantada en el año 1854 en la esquina de las calles San Nicolás y Rayo. Tenía una sola nave y se destacaban en su construcción el frente con un pequeño pórtico y una torre cilíndrica sobre una base octogonal”.
En el artículo “La parroquia de San Nicolás de Bari en extramuros”, publicado en Palabra Nueva en marzo de 2019 se relata que tuvo su origen en una ermita dedicada a Nuestra Señora del Rosario, destruida en 1802 por el incendio de Jesús María, de la que solo se salvó la sacristía que devino local para el culto, en espera de la reconstrucción del inmueble, terminado en 1848 bajo el patrocinio de San Nicolás de Bari y bendecido en 1854 por don Francisco Fleix y Solans (1804-1870), obispo de La Habana de 1846 a 1865.
Se ha reiterado la anécdota de cómo la parroquia de San Nicolás de Bari se consagró también ─y sobre todo─ a San Judas Tadeo, narración vinculada a uno de los premios de la Lotería que Monseñor Silvio Montaña Pradera había ganado para esta parroquia y por “malentendido” cobró el párroco de la ubicada en el poblado de San Nicolás de Bari.
Monseñor Montaña escribió al cardenal Manuel Arteaga (1879-1963), arguyendo que la devoción al apóstol Judas Tadeo, cuya imagen se hallaba en el altar mayor, había aumentado notablemente y que la existencia de dos parroquias con el nombre de San Nicolás de Bari ocasionaba lamentables confusiones, por lo que era conveniente cambiar de patrono. Y la solicitud fue aceptada.
La parroquia llegó a tener dos sacerdotes coadjutores españoles como párrocos. En 1960 Mons. Montaña viajó a España y no retornó, y el nuevo arzobispo de La Habana, Monseñor Evelio Díaz Cía (1902-1984), la entregó a los Padres Escolapios.
Más tarde se realizaron cambios estructurales en los altares laterales y en el artesonado del techo. Pero la iglesia sigue siendo pequeña, con una sola nave en plano de cruz latina y dos de menor tamaño en el crucero. Dispone de un campanario, sacristía y casa parroquial adjunta al templo. A la izquierda se encuentra el altar de San Marón, santo de origen libanés, pues en la primera mitad del siglo XX la edificación fungió de centro de reunión de los árabes cristianos que habían emigrado a La Habana.
Cada 28 de octubre a esta iglesia acuden cientos de devotos a venerar a San Judas Tadeo y encomendarle sus causas.
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