MIAMI, Estados Unidos. – El periodista y escritor cubano Armando López presentó el pasado mes de septiembre el libro Boleros prohibidos: La Habana sin Olga Guillot, un texto que pretende presentar a la Isla a través de su música, según reseñó la agencia EFE.
El volumen estará disponible en noviembre durante la Feria del Libro de Miami, una oportunidad para “decirles a las nuevas generaciones (…) que Cuba era un país maravilloso que nos arrancaron, porque nadie se va, nos botan”, explicó el escritor.
López, quien actualmente vive en Miami, recopiló en el texto las conferencias que ha impartido a lo largo de su vida. Con ellas lleva al lector por La Habana bohemia de los años 50, la época dorada del bolero.
Si bien dicho género musical es patrimonio cultural y musical de Cuba, el autor afirmó que para construir el llamado “hombre nuevo”, la Revolución castrista paralizó el bolero y los “traganíqueles” con el argumento de sus letras poco optimistas, por lo que intérpretes como Olga Guillot (1922-2010) se marcharon del país junto con las disqueras.
En entrevista con EFE, López también lamentó la caída del bolero diciendo que el régimen cubano no solo quería un “hombre nuevo”, sino también “una nueva canción y un nuevo cine”.
El escritor recordó que, tras el triunfo de Fidel Castro en 1959, el nuevo régimen cerró los cabarés de la capital cubana y donde estaba el más famoso, “que no era Tropicana sino el Montmartre”, construyó un restaurante con el nombre de Moscú.
“Se fueron todos los grandes compositores y boleristas excepto (César) Portillo de la Luz, que era del Partido Socialista, y José Antonio Méndez, que venía de México y estaba cansado, pero Frank Domínguez, el autor de Tú me acostumbraste, uno de los cinco boleros más famosos del mundo, también se marchó”, afirmó el escritor.
De acuerdo con López, la Reina del Bolero fue Olga Guillot, un símbolo del género. La artista de ascendencia china y catalana era muy conocida en España, Argentina y toda América Latina. “Hizo muchísimas películas en México, era sin duda una superestrella”, destacó el autor.
Además, el intelectual de 80 años contó que La Habana de los 50 no se le quita de la mente a las personas mayores que tuvieron la suerte de verla.
“Era un paraíso situado en la entonces república más jovencita de América Latina, donde había pobreza, claro, pero por la impaciencia fuimos expulsados del paraíso”, agregó el autor.