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Cubapack, la MIPYME de GAESA que opera en Miami

Claudia Padrón Cueto | 02 Octubre de 2023

Cubapack

Imagen: CubaNet

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Con la mayor cantidad de los emigrados cubanos residiendo en Miami, la Florida y Cuba han estado unidas durante décadas por un flujo continuo de ayudas en especie y dinero. Las familias en la isla dependen en muchos casos de las medicinas, ropa, artículos y comida que sus allegados les envían a través de las agencias de paquetería registradas en Estados Unidos.

En la actualidad, el cliente puede pensar que las opciones son varias, teniendo en cuenta la cantidad de negocios que anuncian el servicio de envíos a Cuba. Exactamente, según un listado oficial, hay 23 agencias distintas en Estados Unidos a las que el interesado puede llevar paquetes que luego serán trasladados a poco más de 90 millas. 

Sin embargo, el régimen cubano no permite a estas empresas enviar carga directamente a la isla. Les obliga a contratar los servicios de alguno de los tres únicos agentes transitarios autorizados por las autoridades cubanas para manejar envíos. Los tres son empresas estatales cubanas.

Una de ellas es Cubapack, que no solo fue la primera agencia en esta rama, sino que tuvo el monopolio durante años; y por tanto es  la más conocida del grupo. 

Esto significa que una parte importante de los envíos que salen de la Florida y tocan suelo cubano de manera oficial, han pasado antes por la oficina de Cubapack en Miami, sin importar la agencia que contrató inicialmente el cliente. 

Como la mayoría de las actividades que generan divisas fuertes para la economía cubana, el envío de paquetes desde el exterior es controlado por GAESA, el conglomerado empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

En un sistema ya de por sí muy opaco y sin rendición de cuentas a la ciudadanía, GAESA es un grupo económico particularmente inaccesible al escrutinio. No presentan sus estados financieros, actas de la junta directiva, ni su balance. Lo único que los ciudadanos pueden conocer sobre Gaesa es que son prácticamente los administradores del país.

Aunque no existen datos oficiales, según algunas estimaciones, el conglomerado militar podría controlar actividades que representan el equivalente a alrededor del 40% del PIB cubano.

Este poder y el papel que tienen las FAR en la represión de la sociedad civil en Cuba, han convertido a GAESA en el objetivo de las sanciones estadounidenses. Estas actualmente prohíben a personas y entidades sujetas a la ley en Estados Unidos tener relación con el brazo económico de las FAR. 

En 2020, por ejemplo, la administración del presidente Donald Trump forzó a Fincimex, la financiera de GAESA a romper sus vínculos con la remesadora Western Union. Esto condujo a una suspensión temporal de los envíos de dinero desde Estados Unidos, un flujo económico, que como los paquetes, también es vital para muchos cubanos. 

Cubapack, sin embargo, hasta el momento, ha escapado a la atención de las autoridades estadounidenses. 

La empresa, de hecho, funciona de manera discreta, pero sin esconderse, desde Hialeah, una ciudad del área metropolitana de Miami, en la que la mayoría de la población es de origen cubano. 

Allí, en el corazón del exilio, Cubapack ha adquirido un espacio que comparte con otros negocios vinculados a GAESA, según pudo constatar Cubanet en registros públicos estadounidenses, y ofrece cada vez más servicios. 

Ya no solo envían paquetes; también han habilitado una tienda física y en línea en la que venden lo que los paquetes pueden contener. De esta manera, Cubapack se ha sumado a la venta a emigrados de productos pagados en divisas, una de las actuales estrategias de supervivencia del régimen

Algunos de estos productos que luego Cubapack envía a Cuba, por ejemplo, motos eléctricas, son proveídos por empresas offshores panameñas, que también están relacionadas con la FAR e igualmente operan abiertamente en Miami, según pudo constatar Cubanet al consultar bases de datos de comercio internacional. 

Es un negocio en círculo, en el que GAESA compra mercancías a través de sus filiales en otros países; después se la venden a emigrados en Miami para que estos la envíen a Cuba, y por último, se encargan de gestionar la entrega del paquete. 

Todo esto ocurre abiertamente en Estados Unidos, el país que según la retórica oficial aplica un “ bloqueo genocida” a Cuba.

 

Cubapack y su camino hacia Miami

 

En la actualidad, Cubapack es parte de la Corporación Cimex, como las propias autoridades cubanas admiten. Esta es una de las entidades más importantes de GAESA

Cimex fue registrada inicialmente en Panamá en mayo de 1979. Operar como una empresa panameña permitiría a la cúpula del régimen burlar las sanciones estadounidenses y operar con más facilidad en mercados internacionales, abriendo cuentas, moviendo dinero o adquiriendo divisas. 

Desde entonces, la empresa fue creciendo y creando más sociedades panameñas. En 1984 crearon por ejemplo, la financiera Fincimex, que se encargaría de gestionar el negocio de las remesas.  

Poco después, para controlar el envío de paquetes crearon Cubapack, que se estableció por primera vez en Miami a finales de los años 80, según consta en registros públicos estadounidenses.

Cimex era entonces una empresa que operaba solapadamente desde el exterior, sin llamar la atención sobre sus vínculos con el régimen cubano. 

Sin embargo, a medida que las autoridades dolarizaban la economía para sobrevivir a la crisis que provocó el colapso de la Unión Soviética y el país se hacía más dependiente de fuentes externas de ingreso, Cimex se volvió cada vez más visible y relevante. 

No solo controlaban las remesas y el envío de paquetes, si no que incursionaron en el turismo o el sector inmobiliario; abrieron cadenas de tiendas dolarizadas, fundaron bancos, emisoras de tarjetas y de crédito, navieras o empresas de renta de automóviles.

Cubapack

A pesar de su expansión por la nueva economía cubana, Cimex siguió operando como un holding panameño.  En los años 90, se registraron oficialmente en Cuba, pero mantuvieron su matriz en Panamá, a donde siguen fluyendo sus ingresos, según ha explicado el economista Emilio Morales.

Con la llegada al poder de Raul Castro, en 2006, se consolidó definitivamente el poder de las FAR como actor económico dominante. Y Cimex, una de las joyas de la corona de la economía cubana, pasó a ser parte del conglomerado de los militares: GAESA.

De esta forma, las FAR se apoderaron de un grupo de empresas que en 2006, el último año con cifras disponibles antes de su absorción por GAESA, tuvo unos ingresos de unos 1,300 millones de dólares, según reportó Reuters.

Entre los negocios que pasaron a manos militares, se encontraba Cubapack. 

La relevancia de la empresa aumentó a medida que se flexibilizaron las sanciones estadounidenses y aumentó el intercambio entre los cubanos a ambos lados del estrecho de la Florida, durante los años del deshielo del presidente Barack Obama.

Sede antigua de Cubapack donde se ven un cartel de SM Engine parts, uno de sus proveedores

Fue en esta época, en 2015, cuando Cubapack se estableció de nuevo en Estados Unidos. La compañía fue creada por Jose Álvarez Díaz en junio de 2015 en Miami con el nombre: Cubapack envíos travel, según consta en el registro mercantil de Florida. Y se estableció en un local comercial ubicado en la 400 Palm Avenue de Hialeah.

El deshielo y el aumento de la migración a Estados Unidos propiciaron que las empresas de paquetería especializadas en envíos a Cuba se multiplicaran. Cada vez más ofrecían sus servicios al público. 

Pero el régimen mantuvo el monopolio en la gestión mayorista de la carga y el reparto en Cuba, reservando para sí una parte fundamental del negocio.  

Esto siguió en manos de Cubapack y otras dos empresas: una se llama Palco y también es controlada por GAESA,  y la otra es de Aerovaradero, del Ministerio de Transporte.

Cualquier empresa de paquetería en Estados Unidos tiene que llegar a un acuerdo con alguna de estas tres para poder hacer envíos a Cuba.

 

De empresa (de Cimex) a  MIPYME (de Cimex)

 

Con la toma de posesión de Donald Trump en enero de 2017, la política norteamericana hacia Cuba dio un vuelco. No solo se detuvo el deshielo de Obama, sino que se revirtió. Trump endureció algunas de las restricciones del embargo, especialmente en los últimos dos años de su mandato. 

Además, iniciaron una nueva política consistente en identificar y aplicar sanciones selectivas a las entidades que componen GAESA. Muchas de las empresas más conocidas controladas por las FAR comenzaron a ser incluídas en una lista negra. 

Esto implicaba que personas o compañías con presencia en Estados Unidos tenían prohibido realizar negocios con estas entidades de GAESA, salvo en algunos casos o por razones humanitarias.  

Inicialmente, las sanciones no afectaron a Wester Union, que desde 1995, trabaja con Fincimex enviando remesas a Cuba.  

Pero a finales de 2020, la administración de Trump decidió poner un ultimátum a esta relación. Incluyó a Fincimex en la lista  de los prohibidos; y estableció que el régimen tenía que permitir a otra empresa, ajena a GAESA y las FAR, gestionar las remesas con Western Union. Si esto no sucedía, los envíos de dinero a la isla, vitales para cientos de miles de cubanos, se terminarían.

El régimen no cedió a la presión y las remesas se suspendieron durante meses. Finalmente, ya con el siguiente presidente estadounidense en el poder, Joe Biden, el gobierno cubano autorizó a otra empresa a gestionar las remesas y ser la contraparte local de Western Union. 

Aunque la nueva empresa, Orbit, también parece tener algunos vínculos con GAESA, según ha publicado Proyecto Inventario, la medida ha contentado a la nueva administración. En marzo de 2023, el envio de dinero a través de Wester Union se restableció definitivamente.

Pero en toda esta batalla entre los dos gobiernos que generaron los envíos de dinero familiares, un hecho pasó desapercibido. El envío de paquetes también estaba en manos de GAESA. Y las empresas privadas estadounidenses que querían entrar en este negocio, como le sucedía a Western Union, también estaban forzadas a entregar una parte del negocio a GAESA.

La situación con Cubapack  no era muy diferente a la de Fincimex. Además, Cubapack, también tenía un historial de colaborar con medidas represivas del régimen. 

En 2005 el nombre de esta compañía apareció en el portal de propaganda oficial Cubadebate. El medio publicó las cantidades exactas de medicinas y

alimentos que activistas en el exilio enviaron, a través de Cubapack, a sus homólogos en la isla. El medio divulgó el nombre de un destinatario y del remitente para ponerlos en evidencia. 

A pesar de estos antecedentes y los vínculos estrechos con GAESA, Cubapack no ha atraído la atención de los gobiernos estadounidenses hasta el momento.

La empresa nunca ha sido incluida en la lista negra que incluye a las entidades de GAESA y el envío de paquetes no se ha visto afectado por las sanciones.

Sin  embargo, lo sucedido con las remesas, quizá explica por qué, recientemente, Cubapack se ha preocupado por convertirse en una Mipyme. 

La empresa de GAESA es exactamente la número 876 del listado oficial de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipyme) autorizadas por las autoridades cubanas. 

Esta es una forma jurídica creada en 2021, y que, por primera vez, permite a personas particulares crear una empresa privada en Cuba. Hasta ese momento, el régimen sólo había permitido la existencia de los llamados cuentapropistas, empresarios individuales. 

La creación de las Mipymes, en teoría, pretende incentivar la iniciativa privada. Su propósito es que los antiguos cuentapropistas tengan más facilidad para acceder a créditos o recibir financiación de otros inversores y así poder hacer crecer sus negocios.  

Pero en la práctica, esta medida, si bien es respaldada por algunos grupos, se ha topado con fuertes críticas. Los detractores cuestionan que muchas de las nuevas Mipymes sean realmente privadas. Uno de los argumentos que esbozan los críticos es que detrás de varios de estos negocios, aparentemente nuevos negocios, estarían las mismas autoridades estatales o personas conectadas a ellas.

Otra de las críticas que reciben las MIPYMES es que en realidad nacen para ofrecer una versión maquillada de las empresas estatales que les haga parecer privadas en el exterior y librarlas así del embargo. 

Estados Unidos durante años ha demandado el empoderamiento del sector privado cubano y tratado de que sus sanciones sean más selectivas para afectar a las empresas estatales, pero no tanto a las que no lo son.

Que una empresa como Cubapack, estatal y de GAESA, se haya convertido en un Mipyme no ayuda precisamente a disipar estas acusaciones. 

¿Qué gana la FAR al convertir Cubapack en una MIPYME. “Primero sería una nueva empresa que no está sancionada expresamente. Segundo, podría beneficiarse de cualquier cambio de política de Estados Unidos que beneficie a las Mipymes. Tercero, podría acceder a líneas de créditos”, explicó Emilio Morales, presidente de The Havana Consulting Group.

“Es una estrategia de múltiples propósitos, siendo el principal ser reconocidas como privadas en Estados Unidos, lo cual impide (si OFAC les da luz verde a cada solicitud) aplicarles las sanciones. De ese modo pueden no sólo exportar e importar sino también pedir créditos bancarios”, comentó Juan Antonio Blanco, presidente del Laboratorio de Ideas “Cuba Siglo 21”

 

Cubapack expande sus negocios

 

Desde 2015 Cubapack funciona oficialmente en las dos orillas del estrecho de la Florida. 

En la capital cubana tiene una oficina en la calle 22 del exclusivo Reparto Kohly, que se distingue por acoger empresas extranjeras y residencias de diplomáticos. 

Es una empresa insigne, que presume su buena relación con el régimen. En 2022 recibió la bandera Proeza laboral y en 2013 obtuvo un reconocimiento conmemorativo por el asalto al Moncada, una medalla que se entrega a trabajadores o entidades por sus resultados laborales al servicio del Estado.  

En redes sociales, la Aduana cubana promociona la agencia como uno de sus aliados y los felicita por su “excelente labor”. 

Mientras, del otro lado del estrecho, en Hialeah, la mipyme Cubapack se dedica a recaudar para el régimen la mayor cantidad de dólares posible de los emigrados.

Cubapack
Sede antigua de Cubapack. Foto: Google Map

 

En su actual sucursal de la 3 calle oeste de Hialeah, Cubapack no solo se dedica a su actividad tradicional de recepcionar paquetes ya hechos para enviar a la isla. 

Aprovechando la actual escasez de productos básicos que padece Cuba y la imposibilidad de encontrar ciertas cosas a la venta en moneda nacional, la empresa se ha sumado a una tendencia que ha proliferado desde comenzaron las reformas económicas llamadas Tarea Ordenamiento en 2021.

Así, Cubapack se convirtió en un canal más para vender en divisas, a los emigrados, productos que estos pagan y después reciben sus familiares en Cuba. 

Algunos son productos fabricados por empresas estatales cubanas. Otros son importados por estas. 

Pero todos tienen en común que antes se podían comprar en comercios a la venta en pesos cubanos o en CUC. Pero ahora, tras la desaparición del CUC y la emergencia del MLC, prácticamente solo es posible encontrarlos a la venta en Internet y solo pueden ser pagados por personas que dispongan de una tarjeta Visa o Mastercard. 

Ninguna de estas empresas emite tarjetas en Cuba, lo que ha convertido el dinero de los emigrados en la única posibilidad que tienen muchas familias cubanas de comprar ciertos productos básicos. 

Esta es una política muy impopular por la desigualdad que implica. La dolarización o la existencia de varias monedas en el país, no es nueva. Es una estrategia aplicada desde hace décadas que ha generado malestar e incentivado la migración. 

Pero ahora, la población se encuentra con una situación nueva. No pueden comprar algunos artículos ni aún tienen el dinero físico para hacerlo. El Estado ha decidido no abastecer los mercados nacionales y vender ciertas mercancías sólo en el exterior, aún cuando estas hayan sido producidas dentro de Cuba o estén ya en el país. 

Las webs que hacen esto, que ya se cuentan por decenas, cómo ha investigado Cubanet, en su mayoría, responden a GAESA, a otros altos funcionarios o a personas bien conectadas con el régimen, como el cubanoamericano Hugo Cancio.

Cubapack solo es una más de las empresas que han incursionado en esta actividad cuyo propósito es recaudar divisas para una economía que tiene dificultades para generarlas. 

Ahora, la empresa de paquetería incentiva a sus clientes a que les compren a ellos la mercancía que luego también ellos enviarán a Cuba. Como lo sintetiza su slogan publicitario: “no lo traigas, lo tenemos más barato”.  

Es decir, no conformes con capturar divisas monopolizando una parte del negocio de la paquetería, GAESA ha comenzado a disputarle el mercado cubano a los negocios privados de Miami. 

Primero, Cubapack comenzó vendiendo productos en su tienda física en Hialeah. Después, vino su variante en línea.

Ahora, la empresa de paquetería por ejemplo, vende en su portal, alimentos, medicinas, sillas de ruedas, muebles, piezas de autos, aseo, equipos electrodomésticos, herramientas o  útiles escolares. Todos son productos casi inexistentes en moneda nacional en establecimientos del estado por lo que la población no tiene otro remedio que comprarlos en webs como la de Cubapack.

Incluso, hace tres años, esta empresa de CIMEX promocionó en su canal de Youtube que vendían medicinas para entregar en Cuba. Eso fue en la época más dura de la pandemia de la Covid-19, cuando en el país se agudizó la escasez de medicamentos.

 

Gaesa en Hialeah

 

Cubapack es la empresa de GAESA más conocida que opera en Miami. Pero no la única, según pudo constatar a través de esta investigación. La empresa de envíos, en realidad, está en el centro de una red de empresas que también tienen vínculos con GAESA y que tienen sucursales offshore en la Zona Libre de Colón, en Panamá. 

Esta es una enorme área de comercio exento de impuestos en el que se pueden adquirir toda clase de productos, muchos de ellos fabricados en Asia.

Para el gobierno de Estados Unidos no es un secreto que la dictadura caribeña registra empresas en Panamá para burlar las restricciones comerciales asociadas a las sanciones. Incluso en 2017 el Departamento de Estado denunció que dos entidades de GAESA estaban presentándose como empresas panameñas para subvertir las restricciones comerciales internacionales.

En el mismo lugar donde funciona Cubapack en Hialeah funcionan al menos otros tres negocios, como consta en el registro mercantil de Florida y en fotografías publicadas en redes sociales.

Uno de ellos se llama JA Global Group. Esta es una empresa dirigida por José Álvarez Díaz, el mismo que también dirige Cubapack. 

Es decir, ambas empresas tienen sede en el mismo sitio, en la 3 calle oeste de Hialeah, y tienen al frente a la misma persona.

JA Global Group se dedica a importar a Estados Unidos, productos como motos eléctricas, repuestos para vehículos o aparatos de aire acondicionado y electrodomésticos variados, según muestran registros de la base de datos de comercio internacional Panjiva obtenidos para este reportaje.

Cubapack
Terreno comprado por JA Global Group. Foto: Cubanet

La descripción de varios de estos productos coincide con los que después Cubapack vende y envía a Cuba. 

Para sus operaciones, además, JA Global Group adquirió una propiedad en Hialeah. Se trata de un terreno situado en el número 10801 de South River Drive y que compró esta empresa vinculada a GAESA por 300 mil dólares en 2021, según información del registro de la propiedad del condado de Miami.  

Los productos que JA Global Group importa a Estados Unidos los adquiere en la Zona Libre de Colón a proveedores que también tienen vínculos con Cuba y GAESA.

Por ejemplo, los aparatos de aire acondicionado, JA Global Group, los compra en Panamá a una empresa llamada  Distribuidora & Cargo Caribeña SA. Esta es una sociedad dirigida por un ciudadano cubano llamado Orestes Romel Martínez Martínez y que también es utilizada por GAESA para importar lubricantes de la marca Castrol a Cuba, según información disponible en Panjiva.

Martínez Martínez también representa otras empresas que le proveen productos a JA Global Group. 

Por ejemplo, las motos eléctricas se las compra a otra empresa Martínez Martínez asentada en la Zona Libre llamada SM Engine Parts. 

Estas motos compradas a SM Engine Parts las ha vendido en su tienda física y enviado a Cuba Cubapack, como muestran publicaciones en redes sociales.

 

De hecho, SM Engine Parts, aunque no tiene registro oficial en Estados Unidos, opera también en la misma dirección de la 3 calle oeste de Hialeah, en la que también tienen su sede Cubapack y JA Global Group. 

Como pudo constatar Cubanet, en este lugar, junto al rótulo que anuncia los servicios de Cubapack hay otro con el nombre SM Engine Parts. En realidad, los dos negocios son el mismo y tienen idéntico número de teléfono.

 

Cubapack
Sede actual de Cubapack en Miami. Foto: CubaNet

Es decir, en un pequeño almacén de Hialeah, rodeado de múltiples negocios del exilio cubano, GAESA ha instalado su centro de operaciones. Compran o importan productos a través de SM Engine Parts y JA Global Group y los venden y envían a Cuba a través de Cubapack. Además, han comprado una propiedad en Estados Unidos.

Más recientemente, en 2021, otra empresa más se añadió al grupo. Un cuarto negocio se estableció en el local del 3 calle oeste de Hialeah, como consta en el registro mercantil de Miami. 

Se trata de Cugranca Usa LLC, una empresa dirigida por Juan Manuel Arroyo Ojeda. 

Esta compañía es en realidad parte de una estructura de empresas con presencia internacional y que se dedica al envío de paquetes y carga a Cuba desde los años 90. 

Uno de sus puntos de operación más importantes es también la Zona Libre de Colón, desde donde gestionan envíos a la isla. Durante años, ha sido común que ciudadanos cubanos acudan a Colón a comprar artículos que después se llevan de vuelta o envían a la isla. Allí pueden contratar los servicios de empresas de paquetería como Cugranca, que tienen múltiples vínculos con GAESA o el régimen.

Cubapack
Infografía: CubaNet

Uno de los representante de Cugranca en Panamá es también Orestes Romel Martínez Martínez, quien también cumple las mismas funciones en SM Engine Parts y otras empresas vinculadas a GAESA.

Cugranca, al igual, Cubapack también ha abierto una tienda online para que los emigrados paguen en divisas lo que sus familias necesitaban en Cuba.

En ella se venden productos similares a los que vende Cubapack e importan JA Global Group y SM Engine Parts.

Ahora, Cugranca opera abiertamente en Estados Unidos. Como le sucede a Cubapack y las otras empresas vinculadas a GAESA, sin que hasta el momento hayan atraído la atención de las autoridades estadounidenses.  

Para el economista Emilio Morales esto podría deberse a una posible excepción humanitaria. “Cubapack es la única subentidad de CIMEX que no está sancionada, puesto que por esa vía se envían medicinas, alimentos y otros productos a los ciudadanos residentes en la isla”, aseguró el experto.

Sin embargo, este mismo razonamiento se aplicó durante años a las remesas. La operación que tenía Western Union con Fincimex funcionó sin sobresaltos durante casi un cuarto de siglo. Hasta que un día, el envío de dinero, se convirtió en el objetivo de las sanciones.

Pero mientras esto no sucede, Cubapack y sus empresas asociadas funcionan con normalidad. Todos los días tratan de captar las divisas que el régimen necesita. 

“La efectividad de las sanciones no depende de lo bien diseñada que esté la propia sanción, sino de la voluntad política de la Administración de turno en su gestión de aplicarlas con severidad”, explicó Emilio Morales. “A veces, las agendas políticas no compaginan con las sanciones”, concluyó.

Para esta investigación Cubanet contactó a Cubapack vía Whatsapp y no obtuvimos respuesta. También escribimos a Orestes Romel Martínez Martínez, radicado en Panamá, y prefirió no dar declaraciones.

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Claudia Padrón Cueto

Periodista. Egresada por la universidad de La Habana en 2015 y como máster en Comunicación en 2021 por la Universidad Iberoamericana de México. Ha trabajado como periodista para diferentes medios independientes cubanos y se ha especializado en cobertura a grupos vulnerables y periodismo de investigación.

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