LA HABANA, Cuba, marzo (173.203.82.38) – “No se sientan tan seguros, tengo más agentes Emilio”. Ese fue el mensaje, un poco viejo y gastado, que envió Seguridad del Estado a la disidencia y a los que mantienen una posición crítica frente al gobierno, en su reportaje mal titulado “Las razones de Cuba”, que presentó la televisión cubana la noche del 26 de febrero.
Las imágenes mostraron a dos sujetos infiltrados, inmiscuyéndose en la vida de los otros para sembrar cizaña. Dos instrumentos de trabajo para crear mentiras y desacreditar. Me imagino la decepción de aquellos que los tuvieron cerca. Lo seguro es que ellos no son agentes por convicción, sino víctimas de chantaje.
Cuando vi el anuncio en el noticiero sentí curiosidad. Quede impactada y sin habla ¿Quién lo diría? El periodista independiente Carlos Serpa Maceira, más conocido por el Departamento de Seguridad del Estado (DSE), como “agente Emilio”, entró por la puerta grande en los medios de comunicación.
¡Qué triste papel el de Serpa! El pobre infeliz, parecía un payaso en plena función de circo. No sé si el sabe, que ganó la repugnancia de muchos y perdió lo más preciado que tiene un ser humano, la dignidad.
Trataron de reivindicarlo. Le dieron un reconocimiento como si fuera un luchador. El hombre disfrutaba el júbilo del campo de batalla, donde sus jefes son los únicos que tienen las armas. ¿Quién podría confiar nuevamente en alguien así? El cartel de chivatón lo acompañara por el resto de su vida.
En realidad no dijeron nada nuevo ¿Quién no sabe que hay más agentes Vladimiro, y que tienen una fábrica de disidentes? De hecho nadie escapa de la duda. Todo el que opina, y lo hace de frente, con nombres y apellidos, mientras la mayoría susurra o calla, levanta sospechas.
Sin embargo, aun queda un aliciente. A pesar de no tener derecho a réplica, somos muchos los que estamos dispuestos a pasar por encima de toda duda. Por otra parte, los agentes de la policía política no están muy seguros. ¿Cómo se filtrarían las imágenes de los decesos de Mazorra o el video del ciber-policía explicando los peligros de internet?
El golpe fue duro y se sintió. No tanto por el contenido, como por las consecuencias. Son los dueños de los medios de comunicación. No hay forma de defenderse y hay que reconocer que estamos en desventaja. Sin embargo, a pesar de la mentalidad guerrerista del gobierno y su afán de “infiltrar las filas del enemigo” y de que ellos tienen el poder y los medios para aplastarnos, ni se sintió el miedo.
¿Por qué el afán de denigrar, si somos una “minoría insignificante”? ¿Será porque crece el número de personas dispuestas a decir lo que sienten, sin tapujos? ¿Será que temen al ejemplo Túnez, Egipto, Libia, Yemen y Argelia? ¿Si están tan seguros de su revolución, a qué le temen? Tal vez no estén tan seguros, y esa sea la verdadera razón.