LA HABANA, Cuba, diciembre (173.203.82.38) – Los 11 prisioneros de conciencia de los 75, encarcelados en marzo de 2003, que se niegan a abandonar Cuba, celebraron el Día de los Derechos Humanos, el pasado 10 de diciembre, en las horrendas cárceles a la espera de que el gobierno cumpla su compromiso de liberarlos, asumido con la Iglesia Católica y la comunidad internacional. Ellos no han claudicado en la decisión de procurar pacíficamente el bienestar y progreso de su pueblo.
Asimismo, los 41 que partieron hacia España, Chile y Estados Unidos con sus familias llevaron la indeleble huella de la tortura psicológica y física de la prisión injusta, así como la convicción de continuar luchando por su Patria.
El gobierno cubano lanzó sus cantos de sirena cuando firmo los Pactos Internacionales de Derechos Humanos en 2007, y anunció que invitaría al relator contra la tortura a visitar el país.
Pero ni la Asamblea Nacional del Poder Popular ha ratificado esos documentos, ni el Sr. Nowak pudo cumplimentar sus propósitos de visitar las cárceles y entrevistarse libremente con los prisioneros. Se hace patente ahora, lo que muchos auguramos, que se trataba de un intento por adormecer a la comunidad internacional en procura de mejorar la desprestigiada imagen en momentos de gran crisis económica, política y social en Cuba, con el trasfondo del surgimiento de un supuesto nuevo gobierno presidido por Raúl Castro.
Encaminada a granjearse simpatías podría estar la publicitada supuesta apertura y tolerancia hacia los homosexuales, dejando atrás los negros años de la UMAP –unidades militares, verdaderos campos de concentración contra “todo lo distinto”, incluidas las creencias religiosas- que hace poco tiempo hasta Fidel Castro reconoció como un error. Paradójicamente, hace apenas dos meses, la delegación cubana ante la ONU votó a favor de una enmienda que eliminaba la mención explícita de la orientación sexual en su resolución periódica que condena las ejecuciones extrajudiciales, arbitrarias o sumarísimas.
El gobierno de Cuba tampoco asistió a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a Lui Xiaobo, escritor-disidente condenado a 11 años de prisión por publicar la Carta 08 para la democracia en China. En China, la esposa, hermanos y amigos del disidente preso fueron retenidos en sus hogares o encarcelados para que no pudieran participar, ni informar dentro del país sobre el acontecimiento. Es la primera ocasión desde 1935 que el galardonado o un presentante suyo no pueden recoger el Nobel; entonces la Alemania nazi lo prohibió al reo Carl von Ossietzky.
Este fue el anticipo de la actitud que adoptarían las autoridades cubanas para la asistencia de Guillermo Fariñas a la ceremonia del Premio Sajarov de los Derechos Humanos 2010 del Parlamento Europeo, el pasado 15 de diciembre en Estrasburgo. Ya en 2006 no habían permitido la salida de 5 representantes del movimiento Damas de Blanco, galardonado entonces: Alejandrina García de la Riva, Miriam Leiva, Berta Soler, Laura Pollán y Loyda Valdés, quienes han sido invitadas posteriormente para diversos eventos, sin que el gobierno les otorgue la tarjeta blanca, documento indispensable para salir del país.
Por otra parte, los activistas y opositores que pretendieron conmemorar este 10 de diciembre fueron hostigados y detenidos por horas para impedirlo.
Entre China y Cuba existen similitudes por la violación de los derechos humanos. Sin embargo, desde hace más de 30 años el “dragón asiático” emprendió una verdadera reforma económica, que lo ha situado entre las primeras potencias mundiales y el nivel de vida del pueblo se ha elevado sustancialmente, aún cuando existen disparidades de desarrollo. En 2008, había más de 364 mil millonarios en China -muchos de ellos miembros del Partido Comunista-, lo que hizo que el país ocupara el cuarto lugar mundial en número de millonarios. Aunque se controla el acceso a los sitios y aún el porciento es bajo en relación con la población total, en 2010, 420 millones de personas, el 31,6% de la población, tienen acceso a internet en China. El turismo al extranjero está en crecimiento, lo que se aprecia inclusive en Cuba, donde se espera un notable incremento del número de turistas chinos.
Los cambios estructurales y de concepto augurados por Raúl Castro el 26 de julio de 2007 se han metamorfoseado en “actualización del socialismo cubano”, según la convocatoria al VI Congreso del Partido Comunista para abril de 2011. La retranca impuesta por la gerontocracia totalitaria no es superada por quienes saben que, incluso para preservar el poder, tienen que liberar las capacidades creativas y productivas de los cubanos. La crisis económica podría convertirse en una hecatombe en 2011. Con el análisis de un esquema programático: los lineamientos para el congreso, que lleve a la población a la catarsis para luego no cambiar, Cuba se hundirá más profundamente.
El pueblo cubano, decepcionado e incrédulo, podría salir del letargo para demandar pacífica, pero enérgicamente, los derechos conculcados hoy, para construir el futuro de sus hijos. En las altas esferas de poder habrá cubanos que cumplan con su deber ante la Patria. La comunidad internacional también debería seguir atentamente el desenvolvimiento en los próximos meses.