GUANTÁNAMO, Cuba, octubre, 173.203.82.38 -Hasta julio de 1999, según mi experiencia personal como abogado que fui del Bufete Colectivo de Guantánamo, un cliente solicitaba por la mañana una certificación de las que por ley debe expedir el Registro del Estado Civil y el abogado o el técnico auxiliar podían ir al Registro sobre las once de la mañana a hacer la solicitud del documento y éste quedaba confeccionado en horas de la tarde, a más tardar al día siguiente. Aclaro que entonces los funcionarios de dicha institución confeccionaban dichos documentos de forma manuscrita pues no había siquiera una computadora.
Trece años después el Registro del Estado Civil cambió de dirección y el vetusto caserón que antes le servía de sede fue sustituido por una novedosa construcción con cristales y carpintería de aluminio que le conceden una apariencia de modernidad agradable al visitante, aunque cuando éste penetre en el local tenga que auxiliarse de un libro, un abanico o cualquier objeto para sofocar el calor interior pues el proyecto consideraba la instalación de equipos de aire acondicionado que , al menos las veces que he estado allí, nunca han estado funcionando. En contraposición, y para mal de las personas que allí acuden, también ha cambiado la calidad del servicio pues una simple certificación de nacimiento puede demorar hasta un mes y tal demora no garantiza que cuando se la entreguen esté bien confeccionada aunque ahora dichos documentos son realizados nada más y nada menos que por licenciados en Derecho.
Desde el 2009 y hasta ahora he tenido que hacer varias visitas a dicha institución en solicitud de certificaciones que hemos necesitado mi esposa o yo y no ha habido una sola vez en que se me haya brindado un servicio expedito y sin dificultades. Un simple cambio de letra en el apellido de mi difunta suegra provocó más de quince visitas mías a dicho lugar en el año 2010 y alrededor de cinco meses de espera por la solución. Añado que cuando la persona que debe confeccionar el documento se equivoca el error se lo cargan al cliente y éste debe pagar por ello con un nuevo sello de timbre y con su tiempo.
En varias oportunidades la prensa nacional ha reflejado el malestar de la población en todo el país pero fundamentalmente en La Habana, aunque siempre ha soslayado hacer un reportaje profundo que investigue y dé a conocer las causas de una situación injustificable.
Por haber nacido en otra provincia cada vez que necesito una certificación de nacimiento debo sufrir esa tardanza, incomprensible no sólo porque estamos en la segunda década del siglo XXI sino porque habiéndose automatizado los Registros del Estado Civil en todo el país una certificación no tiene por qué demorar un mes, mucho menos cuando una o dos décadas atrás, sin computadoras y sin licenciados en derecho que las confeccionaran esos mismos documentos se entregaban el mismo día, ¡ y sin errores!. Por eso, cuando paso frente a la mencionada institución no puedo dejar de recordar el buen trabajo de aquél Registro del Estado Civil que ahora sólo existe en mi memoria.