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Convocan a cazadoras de mosquitos

LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -El generalato del régimen se está mostrando especialmente interesado en incorporar mujeres al ejército. En diversos sitios de afluencia pública, en La Habana, aparecen por estos días carteles convocando a las jóvenes sin vínculo laboral para que se incorporen al servicio militar activo. La proposición incluye de entrada dos beneficios pretendidamente tentadores: salario inicial de 450 pesos mensuales (el sueldo básico de los profesionales en Cuba) y la posibilidad de que las interesadas se acojan a la llamada Orden 18, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que les permite optar por carreras universitarias de su gusto, con facilidades de estudios, según sus nuevas circunstancias.

De pronto, se puede pensar que este proyecto es otro guiño del régimen hacia la progresía internacional, cuyos miembros habrán podido notar fácilmente el rancio machismo que impera en las fuerzas uniformadas de la Isla, donde, si bien no abundan, tampoco faltan las mujeres, pero ejerciendo el papel de adornos.

Se diría entonces que entre las “reformas” para la actualización de su particular socialismo, los generales resolvieron al fin otorgarle a la mujer el justo sitio entre sus filas. Sin embargo, si tal fuera el propósito, queda enrarecido en algunos detalles de la convocatoria. Por ejemplo, el sueldo de profesionales (sin serlo) que se les pagará de inicio a las jóvenes, no parece estar dirigido a estimular su atracción hacia la vida militar, puesto que durante los dos primeros años trabajarán como civiles en la campaña vectorial del mosquito, labor que ya realizan cientos de miles de mujeres y hombres (por un salario muy inferior) sin los requisitos académicos que se les exige a las posibles aspirantes a reclutas.

De modo que estas muchachas no van a servir directamente como uniformadas de verde olivo, ni van a estudiar en las academias militares para convertirse en técnicas y oficiales del ejército. Según parece, su reclutamiento no reportará ningún beneficio directo a las FAR. Son convocadas para que asuman un empleo corriente como civiles, por el cual recibirán un sueldo de “privilegio”, además de otras facilidades, de parte de un empleador que no las necesita.

Anuncio de Reclutamiento de mujeres para las FAR colocado en un mercado de El Cerro, en La Habana- Foto de Jose Hugo Fernandez
Anuncio de Reclutamiento de mujeres para las FAR colocado en un mercado de El Cerro, en La Habana- Foto de Jose Hugo Fernandez

Ello deja en el aire algunas dudas, además de dos o tres conjeturas a medio cocinar.

¿Será que la convocatoria no responde sino a una nueva estrategia para enfrentar la práctica de la prostitución, cada vez más creciente y escandalosa entre las jóvenes cubanas? ¿Creerán en verdad los generales que con un salario equivalente a menos de 20 cuc mensuales, más el ofrecimiento de carreras universitarias, van a conseguir reclutar en masa a las muchachas para su posterior control bajo régimen militar? Si así fuera, ¿por qué convocan sólo a las que poseen doce grado de escolaridad? ¿Y por qué tienen que ser los militares quienes asuman una tarea de eminente responsabilidad civil? ¿Será que las instituciones civiles no cuentan con la suficiente confiabilidad, o con el sobrante económico que se requiere para inflar plantillas laborales, sólo por favorecer a estas jóvenes?

Sería de agradecer cualquier esfuerzo que se emprenda tratando de contener la tan marcada tendencia a la prostitución que hoy padecen las jóvenes cubanas. Pero ciertamente, pagarle un sueldo de profesionales a muchachas con nivel preuniversitario para que se ocupen de cazar mosquitos durante dos años, no parece ser una salida muy lúcida, ni en términos de rescate cívico, ni como respuesta a las demandas de las defensoras del género.

Luego, para colmo, la decisión contiene por lo menos dos pasmosas incongruencias. Por un lado, a los que trabajan en la campaña vectorial contra el mosquito les han bajado el salario recientemente, y hasta un punto en que esas muchachas ganarían casi 100 pesos más que ellos por realizar la misma función, pero con menos experiencia. Por otro lado, representa un inútil inflamiento de plantilla, justo en momentos en que se habla aquí de cesantía para cientos de miles de empleados estatales y en los que las autoridades del régimen insisten en la necesidad de eliminar puestos de trabajos improductivos.

Uno puede entender la ansiedad de los generales ante el imperativo de sumar adeptos entre esas muchachas. Sobre todo si damos calor a la suposición de que la heredera del trono, Mariela Castro, los convenció de que cualquier buen oficio que emprendan contra la prostitución, será oportunamente retribuido por el elogio de los foros progres y de la prensa internacional. Pero nada les costaría trazar mejor sus estrategias, para no tirar tan obviamente el tiro por la culata.

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