LA HABANA, Cuba. — La proximidad del nuevo curso escolar crea hoy serios problemas a los padres cubanos debido a las carencias y los altos costos de los artículos escolares.
Al iniciarse las clases, cada estudiante recibirá un módulo gratis con algunos de los artículos escolares imprescindibles, pero estos no son insuficientes, no bastan para todo el curso. El resto de lo que haga falta tendrá que ser comprado por los padres en los pocos lugares en que se ofertan, a precios exorbitantes.
Un recorrido por algunos de los comercios donde se pueden adquirir esos productos nos da una idea del gasto que deben enfrentar los padres de los alumnos.
La feria Arte en la Rampa, que se desarrolla cada verano en el Pabellón Cuba, siempre ha tenido abundante variedad de accesorios escolares. Pero este año la venta se limitó a un pequeño mueble dentro de uno de los stands y una mesita exterior.
Todo lo que ofertan es caro: un portaminas, 250 pesos; las minas, 180; una goma de borrar chica, 60; goma de pegar, 250; sacapuntas, 60; bolígrafos desechables a 50 pesos; las cajas de lápices de colores, 250 la pequeña, 350 la grande; y lo más asombroso, un lápiz a 40 pesos.
Hasta hace pocos años, el lápiz de madera con creyón de grafito se vendía a un peso. O sea, en virtud de la inflación generada por el reordenamiento económico, aumentó su valor 40 veces.
Si tenemos en cuenta que un lápiz se gasta con rapidez, el costo es inaudito. Antes de 1959, un lápiz con goma de borrar valía cinco centavos. Hoy cuesta 800 veces más.
Las mochilas escolares existentes en Arte en la Rampa, ya sean de Artex o de los artesanos del Fondo de Bienes Culturales, no bajan de 1 500 pesos. Las medianas, que tienen varios departamentos, llegan a 2 500 pesos.
Otros lugares con precios equivalentes a los mencionados son los kioscos de Correos de Cuba. Antes solo vendían periódicos, revistas y tabloides oficiales. Ahora también venden material escolar, de oficina y algunos otros artículos.
La pasada Feria del Libro en la fortaleza de La Cabaña estuvo inundada de artículos escolares a precios muy similares. La justificación entonces fue que estos productos eran traídos por expositores extranjeros, y que se encarecían debido al alto costo del espacio, del flete de la mercancía y de la estancia de ellos en el país.
Si sumamos otros artículos también necesarios, como los tenis para la escuela, la cuenta sube una enormidad. Este tipo de calzado solamente lo venden los cuentapropistas y las tiendas en MLC (moneda libremente convertible). Su costo oscila entre 5 000 y 10 000 pesos, o entre 60 y 100 dólares como promedio en las tiendas por tarjeta magnética.
La complicación mayor es la de aquellos padres que tienen más de un hijo en edad escolar. Una suma de los artículos escolares mencionados, más los zapatos, siempre que se compren los más económicos, da 7 640 pesos por cada niño. Multiplicado por dos, da 15 280 pesos. Por tres, la cifra llega a 22 920 pesos.
La suma aumenta durante todo el período del curso con la merienda, que, además de tener que “inventarla”, puede tener un costo entre 50 y 100 pesos diarios, o sea, semanalmente entre 250 y 500 pesos por cada estudiante.
Son muy pocos los padres que con sus propios recursos y salarios pueden atender a los elevadísimos costos de cada niño o adolescente, por lo cual muchos recurren a la ayuda de los familiares fuera de Cuba. Solo los menos, los que tienen negocios propios, se pueden permitir estos desembolsos.
Las evidentes diferencias entre los niños con padres de altos ingresos y los de bajos recursos provoca frustración entre los hijos de los segundos, por no poder poseer las mismas cosas de sus compañeritos, lo cual, a la postre, puede llegar a generar trastornos psicológicos y problemas en la conducta social.
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