LA HABANA, Cuba. -El pasado 11 de mayo, el pinareño Heriberto Suárez Pereda, designado por el INDER desde el año 2014 para ocupar la máxima jerarquía de la Dirección Nacional de Béisbol (DNB), divulgaba en un diálogo para Cubadebate la implementación de las nuevas políticas de control, trazadas con el fin de transformar el actual panorama que vive el béisbol cubano.
Además de las medidas anunciadas ―entre las que se vislumbra, según el propio Heriberto Suárez Pereda, una nueva estructura “atemperada a los tiempos actuales, y a las tendencias vigentes del béisbol contemporáneo, que son muy retadoras”―, el nuevo vocero gubernamental del controlado deporte lamentó la avalancha de deserciones que en los últimos tiempos ronda cerca de un centenar de beisbolistas, entre ellos más de 15 jugadores que eran considerados talentos o estaban incluidos en las nóminas de la Preselección Nacional. “Al final se siente frustración porque esos atletas surgieron de un sistema deportivo de Alto Rendimiento, formados en el modelo cubano de deporte socialista, pero la pelea es muy desigual y muy parcializada por lo que hay que seguir trabajando en la formación de valores en nuestros atletas”, apuntaba el funcionario.
Para algunos entendidos en este deporte, la pregunta que ronda es: ¿Cómo es posible que las autoridades de este país continúen excluyendo de sus análisis las verdaderas razones del problema del béisbol cubano en estos tiempos? Según declaración de José “el Gallego”, fundador de la vigilada Peña Deportiva del Parque John Lennon, “todos sabemos que la actual crisis viene dada por la aplicación de erróneas políticas con los peloteros”. Y agregó: “Cuando veo a esos muchachos jóvenes, tan talentosos, tomar decisiones lúcidas al emigrar de su país, asumiendo la difícil situación de separarse de la familia confiados en su talento deportivo, me pongo muy contento. Ojalá les paguen muchos millones y que brillen todos en las Grandes Ligas, logrando buenos contratos a la altura de Robinson Canó, Pujol, Cabrera, Pito Abreu, Puig, Yasmany Tomas, y otros”. En el mismo espacio de discusión, situado entre las calles 17 y 6, en el Vedado, casi todos sus miembros creen que la solución a las dificultades del béisbol cubano pasa primero por los billetes, y no por las nuevas estructuras del INDER.
Lo más engañoso de las declaraciones de Heriberto Suárez Pereda a Cubadebate, fue precisar que el antídoto para compensar esta tendencia de abandonar el país sería la contratación de atletas en otras ligas, y que la medida avanza rápidamente.
Se sabe que estas contrataciones fueron un cuento de camino, y solo se beneficiaron siete agraciados, hijos ilustres del béisbol cubano: Despaigne, Cepeda y Héctor Mendosa, que juegan en la liga de Japón. Por otro lado, Alexei Bell, Yordan Manduley, Ismel Jiménez y Yunieski, el mayor de los Gourriel, juegan en una liga independiente en Canadá.
En medio de tanta incertidumbre, es un hecho que a los peloteros cubanos no se les valora en su justa medida, razón por la cual el éxodo continuará imparable. A juzgar por opiniones de personas allegadas a jugadores que han abandonado el país, son las propias familias las encargadas de alentarlos a que busquen su bienestar en otras latitudes.
Aunque no es posible revelar su identidad por razones de seguridad, un familiar de uno de esos buenos talentos “fugados” de nuestro béisbol nos comentó: “Siempre le decía a mi sobrino que tenía que forjar su propio destino en la pelota rentada, ya que él tiene para eso. Nadie quiere que nuestros muchachos sigan los ejemplos penosos de grandes peloteros como Omar Linares, Luis Giraldo Casanova, Rogelio García o Pedro José Rodríguez, Antonio Muñoz o Gourriel, el padre y el hijo, que si hubieran tomado igual decisión, todo sería muy diferente para ellos. Cada persona es dueña de su vida, y al final solo la vives tú, es responsabilidad de cada cual la decisión de vivir bien o mal. En resumidas cuentas, solamente a la familia y a algún buen amigo le importan los problemas que tendrás, por eso todo aquel que piensa en conceptos tan abstractos como la patria, el gran líder, o el pueblo, y toma por caminos equivocados, finalmente pierde cuando deja de ser una estrella”.
El escenario actual ―muy diferente al de la década de los 90, cuando fue severamente perjudicial el retiro masivo de peloteros estelares―, solo propiciará un aumento en el descenso de la calidad general del considerado como deporte nacional, proceso que desde hace años ha venido en camino. A pesar del triunfalismo expresado por Heriberto Suárez Pereda, sin dudas nuestro béisbol atravesará por mayores descalabros.