LA HABANA, Cuba.- Tatuarse el logo de la compañía Sarao Night Club gana seguidores entre los jóvenes cubanos.
El proyecto Sarao se dedica a la producción y promoción de eventos musicales. Especializados en la música electrónica y el reggaetón, abarcan dos de los géneros más seguidos por los jóvenes.
Todos los viernes y sábados tienen una fiesta electrónica en los Jardines de la Tropical donde se alternan disyóqueys como Legardi, Jones, Frank Kale y DJ Pausa. Evento popular, dado que suele ser el punto central de una especie de “circulo fiestero” que nace en el Parque G y encuentra allí su punto fuerte antes de regresar al conocido lugar del Vedado.
El proyecto también se presenta los fines de semana en el Salón Rosado de la Tropical, tiene una peña en el club Don Cangrejo y produce todos los años el Festival de Música Electrónica Sarao Night Club, celebrado durante su edición más reciente en Brisas del Mar.
Fue en este festival donde hace dos años se lanzó la idea de tatuarse el nombre de la compañía. Yoandry un joven de 23 años, recuerda: “Estábamos en la mejor parte y Michel, que es el animador de las fiestas, dijo que todo el que se tatuara el logo podía entrar gratis a los eventos de Sarao. Siempre antes de las once de la noche”
Aunque en un principio muchos dudaron hasta el punto de asegurar que eran “una leyenda urbana”, los tatuajes empezaron a hacerse notar.
Los “Chicos Sarao”, como suelen llamarse entre ellos, no pagan la entrada a los eventos. Tampoco tienen que hacer la fila para entrar.
Aun así, esto solo se hace viable en los Jardines y Salón Rosado de la Tropical, donde la entrada cuesta por lo regular 2 CUC. Las peñas del Don Cangrejo que presentan artistas como Divan y Kelvis Ochoa suelen cobrar la entrada entre 15 y 30 CUC; allí, asegura Yoandry: “No importa si te tatúas Sarao en la frente, tienes que pagar”.
Rolando, un joven entrevistado, defiende esta medida: “Es normal, por algún lado tiene que entrarles dinero”.
Durante mucho tiempo en los Jardines de la Tropical no se cobró la entrada a las mujeres. Esto fue un incentivo para los “Chicos Sarao”, hombres en su totalidad. Rolando comentó su experiencia: “Estaba súper enganchado porque allí te podías encontrar tremenda cantidad de frikis que venían del parque G y esas son tremendas locas. Yo soy repa pero la verdad es que el lugar era bastante tranquilo, porque los frikis se fajan menos y me podía relajar un poco. Como tengo el tatuaje tenía dos CUC para comprarme lo que apareciera”. Yoandry asegura: “Tu sabes uno nunca tiene un peso en el bolsillo y a esta edad siempre estás buscando una ‘jevita’. Así que era el negocio perfecto”.
Las fiestas en la Tropical siguen siendo auspiciadas por Sarao. Pero la decisión de cobrar la entrada a las mujeres provoca que no sean tan intensas como antes, aseguran varios de los entrevistados. El número creciente de “machos con tatuaje” provoca pérdidas al lugar.
Javier, un tatuador del Cerro, asegura haber hecho al menos 20 tatuajes con el logo. En tanto Luis Ernesto, de Alamar, recuerda un día en que hiso 15 tatuajes y piensa que en total debe haber hecho unos 30: “Todos más o menos discretos, pero visibles. Se han dado casos de tatuajes pequeños y luego si no se pueden leer fácilmente tienes que pagar. Aunque alguno me pedía que se lo tatuara bien grande en la espalda o las piernas”.
El precio por un tatuaje ‘estándar’ de Sarao es 5 CUC. Ambos artistas concuerdan en que podría haber un aproximado de 500 jóvenes con el cartel.
La práctica ha recibido críticas. Felipe, estudiante de filología entrevistado por CubaNet, piensa que “es una locura”.
“Por ahorrarte 2 CUC te estás marcando de por vida ¿Y si la compañía cierra? Parece sacado de Mercaderes del Espacio”, comenta.
Augusto, panadero del Cerro, bromea con que “ahorita se ponen CUPET para tener gasolina gratis o ETECSA para que no les cobren el teléfono. Van a parecer periódicos”.
En tanto los “Chicos Sarao” defienden su decisión y dicen no estar arrepentidos. “Mira, en este país nada es regalado. Yo creo que lo único gratis que me han dado es esto”, comenta Yoandry.
“El único problema que tengo es que fue mi primer tatuaje y me dolió un mundo. Por lo demás todo está okey. Es un dinero que me ahorro porque voy todos los viernes y no siempre tengo los 2 CUC de la entrada”, dice Rolando.
En tanto, Javier cree que “es una decisión muy personal de cada quien. Aunque uno no esté de acuerdo, no hay porque decir que es una estupidez. Simplemente hay que pensar que a mucha gente el cálculo le parece acertado”.