LA HABANA, Cuba, mayo, 173.203.82.38 – Abel Prieto Jiménez, Ministro de Cultura de Cuba desde 1994, pudiera haber sido liberado de sus cargos en la última semana, según indican fuentes de ese Ministerio; sin que hasta el momento los medios informativos del gobierno hayan confirmado la democión.
La posible caída de Prieto, quien sustituyó a Armando Hart Dávalos hace más de quince años, era vaticinada por todos los analistas, luego que fuera alejado del Buró Político y el Comité Central, tras el Sexto Congreso del Partido Comunista, celebrado a mediados de abril.
Según varias fuentes, que piden anonimato, junto con Prieto Jiménez fueron despedidos el viceministro para el turismo y atención a personalidades, Rubén del Valle, y Abel Acosta, vice Ministro para el área de la música.
Acosta, un ingeniero que pasó de viceministro agrícola a cultura, bajo la sombra de sus cófrades Felipe Pérez Roque e Iroel Sánchez, fue, supuestamente, despedido debido al destape de serios problemas de contabilidad en su área, tras una auditoría realizada a principios de mayo.
Según la información, Rafael Bernal, uno de los viceministros sobrevivientes a la purga, ha quedado al frente del Ministerio, de forma interina.
Se especula que el nuevo Ministro de Cultura sea Miguel Barnet, presidente de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba) y allegado a los más importantes círculos de poder, ya que el otro candidato potencial, Luis Morlote, un fanático castrista y miembro del Buro Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, no fue designado al Comité Central de los comunistas.
Abel Prieto, ganó un espacio importante entre artistas e intelectuales pro régimen, al defender las posibilidades de que éstos viajaran al exterior y recibieran pagos en divisas convertibles. Pero esos pasos fueron los únicos positivos, por lo que se convirtió en un burócrata más del gobierno y de hecho en el único Ministro que se mantenía en el cargo desde el fin de la era Fidel Castro.
La destitución de Prieto, largamente pronosticada, coincide con la represión contra el pintor pinareño Pedro Pablo Oliva, expulsado del parlamento provincial pinareño a mediados de mayo y cerrado su estudio taller donde impartía enseñanza artística para niños y jóvenes. La expulsión de Pedro Pablo, por dar entrevistas “discutibles” a medios no revolucionarios, parece ser una alerta a los artistas, de que no se les permitirán ningún tipo de libertades.
No obstante, para muchos los acontecimientos evidencian que en el seno de los intelectuales pro castristas existen desavenencias con el poder.