MADRID, España, octubre, www.cubanet.org -El bajo nivel de la delegación del gobierno de Cuba a la XXIII Cumbre Iberoamericana, efectuada en Ciudad Panamá, entre 18 y 19 de este mes, podría denotar el menosprecio del régimen cubano a estas reuniones de jefes de Estados y de gobiernos.
Raúl Castro -o algún alto representante suyo- difícilmente habrían podido esquivar la referencia al escabroso incidente de los aviones MIGS y otros armamentos encontrados bajo sacos de azúcar, en el barco norcoreano que pretendió pasar por el Canal de Panamá.
Las conclusiones de la investigación sobre el tema, por especialistas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, están pendientes, y a la parte cubana le convenía evadir los intercambios con las autoridades panameñas, que parecen haber confirmado que el cargamento sí estaba en condiciones operativas, y no como se informó oficialmente desde Cuba. Así que el embajador cubano ante la ONU, Pedro Núñez Mosquera, se limitó a negociar, en la Cumbre, la inclusión tradicional de una declaración de rechazo al embargo de Estado Unidos, y leyó un mensaje del presidente.
Ciertamente, la XXIII Cumbre Iberoamericana careció de notoriedad. Sólo asistieron 12 altos dignatarios, y no se alcanzaron sustanciales acuerdos, entre los más acuciantes, la elección del sustituto del Secretario General de la secretaría permanente, el prestigioso Enrique Iglesias, y la modificación de las cuotas de su financiamiento, al cual España aporta el 60,0% y Portugal el 10,0%.
Estas citas se iniciaron en julio de 1991, en Guadalajara, México. La IX Cumbre se realizó en La Habana, en 1999, con el lema: ¨Iberoamérica y la situación financiera internacional en una economía globalizada¨. En esa ocasión, la delegación cubana pidió que las cumbres se concentren en los temas de cultura y cooperación, evidente interés de distanciarlas de cuestiones económicas y políticas.
Ahora, los mandatarios de los países miembros de ALBA no asistieron a la Cumbre, como tampoco los de Argentina, Uruguay y Brasil, por enfermedad. También fueron ausencias notables las de Perú y Chile. El Rey Juan Carlos I de España sí remarcó su pesar por no poder asistir, pero su ausencia se disminuyó con un mensaje inaugural en video y la presencia del Príncipe Felipe y del presidente Mariano Rajoy.
La XXIV Cumbre será en Veracruz, México, en 2014, pero las ulteriores se realizarán cada dos años, con la intención expresa de que no coincidan con las de la Unión Europea-CELAC. El presidente Peña Nieto tendrá una intensa labor preparatoria para procurar la máxima asistencia al nivel correspondiente y revivir la exhausta organización nacida en Guadalajara. En este corto período debe esforzarse mucho para aprovechar, en beneficio de la organización iberoamericana, el acercamiento que ha tenido con Raúl Castro, quien organizará en La Habana la II Cumbre de CELAC.