LA HABANA, Cuba, 12 de septiembre de 2013, Augusto César San Martín Albistur/ www.cubanet.org.- Hoy la ciudad amaneció llena de cintas amarillas, pegadas en puertas y columnas. Un significativo número de personas salió a las calles rumbo a la lucha por sobrevivir, con alguna prenda amarilla en su vestuario.
-¿Y tú cinta amarilla?-, preguntó una enfermera entre risas a otra que acababa de llegar al Policlínico Joaquín Albarrán, en el municipio Centro Habana.
Un vuelco de mirada fue la única respuesta. Como la indómita enfermera caminaba a mi lado hacia el mismo lugar, la escuché decir:
-A mí no me cogen pa´ eso.
La más reciente campaña del gobierno para la liberación de los espías encarcelados en los EUA, pretende utilizar los mismos códigos norteamericanos.
“Que Cuba entera se llene de cintas amarillas”, propuso René González, uno de los espías, liberado, en una de sus alocuciones televisivas. La orden que hay supone solidaridad con los agentes del gobierno castrista.
No niego que muchas personas lo harán por ese motivo, pero otro tanto porque es una orden que, de no cumplirse, puede colgar la desgracia a cualquiera.
Dos estudiantes de secundaria, camino a la escuela, declararon que le habían “orientado” llevar algo amarillo .
-Eso lo dijeron en el matutino de ayer. Es por lo de los cinco héroes.
Ninguna de las dos chicas estaba sensibilizada con la campaña.
-Tú sabes, aquí lo que dicen hay que hacerlo-, declaró el chofer de un microbús que transportaba a varios trabajadores con pullóvers amarillos.
Según la prensa oficial, el color amarillo que exhibirán los cubanos, es una forma de “contar al pueblo norteamericano de una injusticia cometida en su país”.
Pero también es una forma de expresar los niveles de coacción. Quien hoy no exhiba en los centros de trabajos una prenda amarilla, un lazo, una tira será marcado como “no solidario”.
Día de tregua a los bandoleros
Hoy también es un dia de tregua para los delincuentes que se vistan de amarillo. Algo así como los “boteros” que ponen la banderita de Venezuela dentro de sus taxis para anunciarse como bolivarianos, con la policía.
Los cubanos desconocen las verdaderas razones del encarcelamiento de la red de espías. “Inocentes”, “Injusto encarcelamiento”, “antiterroristas”, son las palabras que se repiten hasta el cansancio en las campañas del gobierno.
Coacción, desconocimiento, solidaridad. Tres factores que llenan de dudas la cruzada contra los que no lleven nada amarillo.
Mientras el gobierno intenta imponer un color con una tonalidad coercitiva, el de las Damas de Blanco exige sin fanfarronería la libertad de los presos políticos cubanos.
Pero el blanco al parecer no gusta y el Estado lo reprime.
Tengo miles de postales y cartas enviadas por diferentes organizaciones y personas desde todas las partes del mundo. Fueron gestos de apoyo durante la década en la que el gobierno me mantuvo encarcelado.
La fuerza que movió esa solidaridad, era libre de hacerlo.