LA HABANA, Cuba, 23 de abril de 2013, Veizant Boloy/ 173.203.82.38.- María Teresa Hernández es una jubilada de 65 años. Ha dedicado más de 30 a educar niños, como maestra de Matemáticas. Impedida física desde hace 3 años por mala atención médica, espera que las instituciones estatales cubanas le resuelvan su situación.
“Vivo en malas condiciones desde el año 1982; en ese tiempo aún trabajaba y mi familia no era tan numerosa. Siempre tuve la esperanza de que algún día, por mi profesión, me asignarían materiales para mi vivienda”, explica molesta la maestra retirada, quien asegura que no le alcanzan los 232 pesos de jubilación (unos diez dólares).
“A razón de 7 pesos diarios por retiro y algo que gana mi hija, ¿cómo voy a sobrellevar la situación económica-social de mi familia?”, afirma.
Su nieto Yasmani, de 17 años, asegura que por la enfermedad de su abuela ha visitado en varias ocasiones a instituciones sociales del Estado para pedir ayuda, pero nadie le ha respondido.
Semanas atrás fueron a la Dirección Municipal de la Vivienda de San Miguel del Padrón, dónde le notificaron que tenían que abandonar la vivienda, si no serían sacados por la fuerza por peligro inminente de derrumbe. A pocos metros de distancia pasa un río contaminado, el cual está afectando la salud de ella y de su familia.
“Tengo que sacar a mi familia adelante, aunque tengo el apoyo de los vecinos que nos ayudan con algo para comer, no es suficiente. Vivo con mi esposo, quien también está enfermo, con mi hija, madre de mi nieto de 17 años y de mi otra nieta, de 18, la cual a su vez tiene dos niños pequeños”.
“La cosa pinta mal. Según el arquitecto de la comunidad, mi casa es inhabitable, pero no quieren darme materiales y me darían como albergue un cuarto”, alega la señora Hernández.
Hasta hace tres años, María Teresa era una mujer pobre pero saludable. Una úlcera la llevaría al hospital Miguel Enríquez, conocido por “La Benéfica “, donde, por negligencia, un médico prescribió penicilina, conociendo que ella es alérgica a ese antibiótico. “Me causó una reacción alérgica, perdí toda la piel de mi pierna derecha, afectó los músculos impidiéndome caminar”, comenta la señora.
Por el “incidente”, María Teresa reclamó al hospital. La dirección del hospital, al conocer que ella era militante del Partido Comunista, le amenazó con retirarle el carnet. La señora respondió: “¡Al diablo con todo!”.
En Cuba, las familias indigentes van creciendo aceleradamente. La extrema pobreza de las varias familias cubanas ya es un fenómeno social a tener en cuenta. Son más los que empobrecen que los que prosperan.