LA HABANA, Cuba (agencias, 173.203.82.38) – El preso político y ex capitán de la inteligencia cubana, Ernesto Borges, suspendió la huelga de hambre que realizaba en el Combinado del Este de La Habana desde el pasado 10 de febrero.
Iniciada como protesta a su cautiverio tras haberse cumplido su condena, la huelga de hambre fue suspendida “porque el día 28 de febrero tuvo una conversación por más de una hora con el cardenal Jaime Ortega, quien le sugirió encarecidamente que hiciera dejación de la huelga por el peligro que corría su vida”, aseveró Raúl Borges, el padre del recluso, en declaraciones a Radio Martí.
En una grabación de audio difundida por la agencia independiente Hablemos Press, el padre del preso político dijo que Ortega pidió “encarecidamente” a su hijo que dejara la huelga “pues su vida tiene mucho valor y porque además los obispos de Cuba estaban altamente preocupados por (…) su estado de salud y porque realmente podía tener consecuencias fatales”.
Tras expresarle la preocupación de los obispos de Cuba por su persona, Jaime Ortega le prometió conversar con el gobernante cubano Raúl Castro para hallarle una salida negociada a su caso como parte de la visita del Papa Benedicto XVI a la Isla.
Para Ernesto Borges, entre los “logros políticos” de esta huelga, que duró 25 días, está que la jerarquía católica cubana haya tomado su caso con “profunda preocupación” y que decidiera “transmitirla a la máxima dirección política del país”, afirmó el padre del preso político.
“Estamos muy contentos porque Ernesto ha salido de una situación extremadamente difícil en la cual ya estaba corriendo un serio peligro de muerte; sabemos que el estado totalitario de los hermanos Castro siente un odio muy profundo hacia él”, afirmó Raúl Borges.
Ernesto Borges es un ex capitán de la inteligencia cubana sentenciado a 30 años por cargos de espionaje. Lleva 14 años en prisión. Tras cumplir los primeros 10 tenía derecho a la libertad condicional, pero las autoridades se la han negado.