ARTEMISA, Cuba.- La exigencia a transportistas particulares de mostrar los comprobantes de compra del combustible en las gasolineras estatales, provocó que muchos de ellos aumentaran el costo de los pasajes al doble o que otros sencillamente dejaran de prestar servicio en la provincia Artemisa, entre el 18 y el 23 de enero.
Desde el 18, comenzó un operativo por parte de inspectores estatales, multando a los conductores particulares que no poseían dichos comprobantes por supuestamente adquirir el combustible en el mercado informal.
En las gasolineras o servicentros, todos estatales, popularmente denominados “Cupet” (por Cuba Petróleo), un litro de petróleo cuesta 1 CUC (equivalente al dólar) mientras que en la bolsa negra solo cuesta 0,33 CUC.
A partir del 18 solo quedaron prestando servicio de transporte de pasajeros los pocos ómnibus estatales y los escasos privados que poseen contrato con las terminales de ómnibus, lo que provocó que muchos de los afectados por la crisis presentaran quejas a las autoridades municipales y provinciales.
Los choferes que poseen contrato deben ingresar a las terminales una cuota de dinero por cada viaje y ajustarse a los horarios y rutas que les asignen, recibiendo a cambio una cuota de petróleo al precio de 0.25 CUC por cada litro.
No todos los particulares se acogen a los contratos, con el fin de obtener mayores ganancias al determinar a su conveniencia rutas, horarios y tarifas.
Manuel Rodríguez, residente del municipio Mariel, explicó a este reportero que el 19 de enero pudo escuchar en la terminal de Guanajay a un camionero particular decir: “si esto sigue así, llevo el camión para mi casa, le quito el motor y se lo pongo a una lancha pues esa es la única alternativa para salvarse del desastre este”.
Carlos Sierra, vecino de Cabañas en la misma provincia, afirma que el 20 de enero al trasladarse desde Artemisa a Guanajay para trasbordar hacia Cabañas, comprobó que los autos de alquiler cobraban 60 pesos (unos 2,50 dólares) por un pasaje a La Habana, en lugar de los usuales 30 pesos. Y los camiones de Guanajay a La Habana, más incómodos aunque más económicos, también aumentaron su tarifa a 20 pesos, el doble de lo que cobraban antes.
El salario medio en Cuba es de menos de menos de 25 dólares, alrededor de 600 pesos. Pero el transporte intermunicipal en Artemisa es necesario para miles que viajan a diario por la provincia.
El servicio estatal se limita al prestado por los pequeños ómnibus Diana, que son camiones transformados en la empresa Evelio Prieto (popularmente conocida como la Berliet), insuficientes para cubrir la demanda en la provincia por su escaso número y reducida capacidad.
La semana pasada, los vehículos particulares tomaban y dejaban a los pasajeros en lugares cercanos a las terminales para evitar toparse con los inspectores mientras los comentarios subían de tono en todas partes, y las quejas y protestas ante las autoridades a todos los niveles crecían.
En visita a la terminal de Guanajay el 25 de enero, este reportero pudo comprobar que todo había vuelto a la “normalidad” reinante antes del 18. Coincidieron todos los conductores en afirmar que a finales de la semana, autoridades locales enviaron el mensaje “informalmente” de que todo seguiría igual.
Sobre esto último, dos choferes por separado y pidiendo no ser identificados por temor a sufrir represalias, coincidieron en afirmar que el Estado no cuenta con qué satisfacer la demanda y por eso la medida provocó la crisis mientras uno de ellos recalcó “nos pusimos duros y tuvieron que ceder, si no, que carguen la gente a caballitos”.
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