JAIMANITAS, La Habana, Cuba, 8 de noviembre (Francisco Chaviano González, Agenda Cambio-Debate/ 173.203.82.38 ) -A las 10 de la mañana del domingo 6 de noviembre, procedente del Mariel, entró en La Habana la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, por la playa de Baracoa, poblado costero situado al oeste de la capital, donde tuvo lugar una bella ceremonia.
Posteriormente la Virgen Mambisa entró a la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), ubicada en la desembocadura del rio Santa Ana, donde se brindó un rito especial para el alumnado católico, mayoritario en ese centro.
Al filo del mediodía, presidida por dos caballos blancos con jinetes abanderados, en representación de los egregios mambises que con la imagen de la Virgen combatían por la independencia de Cuba, entró la comitiva en El Roble, un barrio de la Playa de Santa Fe, en cuyo parque efectuaron un emotivo culto. La multitudinaria procesión bordeó luego el poblado, recorriendo el litoral hasta llegar la parroquia del pueblo, en cuyo altar reposó la madre de los cubanos, a partir de las dos la tarde.
Ya sin la escolta de caballería, partió la procesión de la parroquia, para presentar la Virgen en el Reparto Juan Manuel Márquez, donde luego de una breve ceremonia se despidió de los predios de Santa Fe.
En la vecina localidad de Jaimanitas se le esperaba con entusiasmo. Días antes había mucha incertidumbre, pues algunos feligreses de la capilla que hicieron gestiones por su cuenta para poner carteles alusivos a la visita de la patrona de Cuba, recibieron la negativa de la Casa de la Cultura porque aún no tenía “tales orientaciones”. Algunos letreros puestos por iniciativa particular fueron arrancados y tirados a la basura. Un día antes finalmente llegó la ansiada autorización, las religiosas y fieles del pueblo se dieron a la tarea de confeccionar adornos y letreros de bienvenida a la Madre Mambisa, tarea que privó del sueño a algunas.
El domingo al mediodía ya todo estaba listo. Bellos carteles engalanaban la calle por donde entraría la virgen a la pequeña localidad. Poco antes de las 3 de la tarde. llegó un camión de tropas especiales de la policía quienes tomaron posesión del lugar, poco después, a la hora en punto entraba la comitiva de la Virgen, guiada por Monseñor Juan de Dios, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de la Habana. El pueblo que le esperaba en la 5ta Avenida, cargado de flores, le dio la bienvenida y le acompañó en la breve peregrinación hasta el cine, donde se reunieron los vecinos para adorarla por un instante y orar.
Su presencia fue efímera, pero para muchos bastó para sembrar la esperanza de que pronto mejore la vida de nuestro pueblo y se produzca la reunificación de la familia cubana.