LA HABANA, Cuba, 23 de agosto de 2013, Aleaga Pesant/ www.cubanet.org.- Un reality show, La hora de Gloria, es el entramado que narra una historia de amor entre Kamila y Pablo. Este último, un tipo listo para darle sentido a la vida a través de dinamitar literalmente cada lugar por donde pasa. De ahí que ser detenido, apresado y luego confinado a un manicomio es el eje argumental. Mientras, Kamila, su amada, pasará el tiempo esperando por él.
Con pobre respuesta de público, El Ingenio y Teatro de la Luna presentan en el teatro Trianón, en la avenida Línea, en El Vedado, la obra Goldfish. Un divertido espectáculo escrito a dos manos entre William Ruiz y Alejandro Arango, con versión de puesta en escena del joven Reynier Rodríguez Vázquez.
Pero para unir los cuadros de la historia, estará el hilo conductor manejado por la presentadora, que con incontables guiños a nuestra televisión, y a los que muchos llaman, no sin razón, telebasura, nos presentará a los personajes principales Kamila, Pablo, el oficial (policía), el medico (psiquiatra) y Lucia Benítez (amiga ¿ex intima? de Pablo), que provocará los celos irascibles de Kamila. Encadenados a través de hilarantes spots publicitarios (de ficción), o de una pequeña orquesta y su coro, que dará entrada a las diferentes historias de la vida del protagonista principal.
Los personajes cantan y bailan temas conocidos y la conocida parodia del uruguayo Daniel Biglietti, La censura no existe mi amor, regresa a cada momento con hilaridad provocadora y referencial de los tiempos que corren, con bocadillos intertextuales, que no debemos repetir aquí, pero que su expresión pública motivaría a ir al teatro para divertirse.
El espectáculo, de dos horas de duración, es joven, fresco, lleno de ambiciones, necesidades desmedidas, y un impulso esencial, libertario y sincero. Impulso emparentado con el de Pablo. Y es por eso que el espectáculo comunica desde el principio a través de la fuerza de su propuesta, también por el nivel de actuación de los jóvenes actores y el poder de concreción del joven director.
Las luces y el diseño escenográfico conducen y permiten la entrada y salida de las historias en un divertimento apoyado por la selección musical, tanto la cantada por los protagonistas, la de la pequeña orquesta armada con muy jóvenes estudiantes del Instituto Superior de Arte, la Escuela Nacional de Arte y el conservatorio Amadeo Roldan.
Entre las actrices están Yordanka Ariosa, Joanna Gómez, Yaeikis Rojas, Olivia Santana y Arianna Delgado, además de Yaikenis y Alegnis Castillo. Mientras, por los actores se nota la presencia de Ernesto del Cañal, Lester Martínez, Omar Durán y Daniel Robles. Ellos participan en diferentes agrupaciones teatrales como Teatro de la Luna, El Cuartel, Aire Frío, Argos Teatro, el Ingenio y El Público.
Con Goldfihs asistimos a un gran show teatral, despreocupado, divertido y rimbombante. Mientras se habla de un fracaso absolutamente humano y visceral. Una vez más, es en esa radicalidad casi cruel que tiene el espectáculo para entretener y perturbar a la vez.
“El texto de goldfish surgió por una necesidad concreta, crear un material para ser representado por los que éramos, entonces estudiantes del ISA. Así surgió un texto múltiple, resultado de la yuxtaposición de historias y palabras de diverso origen”, dice William Ruiz, uno de los guionistas. Interesa como tema la posibilidad de la destrucción de la imagen del héroe.
La variación de la obra intenta poner de relieve el juego de apariencias del espectáculo televisivo. A partir de ahí, la puesta en escena logra una relatividad interesante de la imagen del héroe. Todo es juego y parodia, pero en el reverso hay una angustia existencial.