LA HABANA, Cuba, febrero, 173.203.82.38 -Ivonne Malleza Galano e Ignacio Martínez Montero, de 35 y 48 años de edad, han protagonizado diversas protestas públicas: cacerolazos, mostrando proclamas y gritando consignas opositoras. Ivonne es integrante de las Damas de Blanco desde hace más de tres años. Ignacio es un opositor independiente.
Ivonne: “Acudo a una protesta asumiendo el riesgo de ser golpeada por agentes policiales o por bandas de paramilitares. Ahora terminé en un calabozo. Pero me inspira a hacerlo mi hijo de 14 años, Yenst Ignacio, porque no quiero que viva en una dictadura”.
Ignacio: “Soy expreso político del “Maleconazo” (explosión popular del 5 de agosto de 1994), donde me aporrearon y arrestaron. Ahí presencié cómo le dispararon en un costado, a sangre fría, a un joven esposado, de piel morena. Fue una policía. La bala salió por el pecho. Nunca supe si murió. Y un muchacho detenido por indocumentado, al ser implicado conmigo, y con otros, y amenazado con una condena de veinte años de cárcel, intentó ahorcarse. Lo impedimos. Pero al día siguiente amaneció colgado. Yo cumplí un año en la prisión Kilo 7, en Camagüey”.
Ivonne: “La última manifestación ocurrió en el Parque de la Fraternidad, en pleno corazón de La Habana, el 30 de noviembre pasado, a las 12 del mediodía. Duró 15 o 20 minutos. Participamos Mayra Morejón Hernández, Blanca Hernández Moya y yo. Desplegamos una sábana. Decía Basta ya de mentiras y engaños al pueblo cubano. Cese el hambre y la pobreza en Cuba. Y además gritamos sin parar: Comida para el pueblo, Leche para los niños, Libertad para el pueblo de Cuba y Vivan los derechos humanos. En la protesta se nos unió una mujer de 49 años, Isabel Aidé Álvarez Mosquera”
Ignacio: “Yo filmaba el video. A mi espalda aparecieron dos de la policía política. Intentaron arrebatarme la cámara y me resistí. Llegaron más, me golpearon y me la arrancaron, decomisándola. Fue igual con otros transeúntes que filmaban con sus teléfonos celulares, aunque la grabación llegó a Internet. Al arrojarme al interior de un auto patrullero, vociferé: ¡Abajo Fidel! ¡Abajo Raúl! ¡Vivan los derechos humanos!
Ivonne: “La policía nos golpeaba, pero muchos ciudadanos se solidarizaron con nosotros, y hasta cargaron contra los policías, gritándoles indignados: Suéltenlas, asesinos, ellas no dicen mentiras. Los policías nos arrojaron spray al rostro”
Ignacio: “Conocimos diversas unidades policiales de La Habana: Dragones, Aguilera, La Lisa y Calabazar. Ivonne y yo emprendimos una huelga de hambre. Finalmente me encerraron en la prisión del Combinado del Este, y a
Ivonne en Manto Negro (prisión de mujeres). Nos liberaron el 20 de enero, tras 51 días de encierro”
Ivonne: Encarcelada, pensaba en mi hijo y en que hice algo para librar a Cuba de la represión. Las calles son del pueblo, no de Fidel y Raúl, como gritan algunos paramilitares”
Ignacio: “A la familia cubana la divide el miedo, con las amenazas de la policía política. A nuestro hijo lo cuidó mi cuñada (la esposa de mi hermano). Él cursa noveno grado. Estaba muy nervioso, falto de concentración en las clases. Nuestra familia también está dividida.”
Ivonne: “Increíblemente, recibí el apoyo de bastantes conocidos. Noté que sus opiniones eran pesimistas: No se sacrifiquen, que están perdiendo el tiempo. O Los van a desaparecer y no pasará nada. También hubo otras opiniones, de admiración: Es una actitud valiente, sigan firmes”
Ignacio: “Debemos presionar a la dictadura con determinación, salir a las calles hasta que se establezcan todas las libertades de un sistema democrático”
Ivonne: “El trato y las condiciones en la prisión son severos, infrahumanos. Mas, esa amarga experiencia me ha servido para fortalecerme más como defensora de los derechos humanos y opositora que soy”