LA HABANA, Cuba, octubre, 173.203.82.38 -El XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) fue convocado en el marco del XC Pleno efectuado los días 5 y 6 de octubre, mediante un documento para discutir en todas las secciones sindicales y que si por algo se destaca es por su total obediencia al Partido Comunista y el gobierno.
Quedó claro el papel asignado a la CTC como polea de transmisión de los designios del PCC. En el texto de la convocatoria se omite la difícil situación de los trabajadores cubanos, pero se plantea una abyecta sumisión a los Lineamientos Económicos y Sociales aprobados en el VI Congreso, y a los Objetivos emanados de la Primera Conferencia del Partido. Asimismo, se asumen tareas propias de la administración llamando a los sindicatos a concentrarse en aspectos medulares que supuestamente atañen a los trabajadores, de manera fundamental los relacionados con la economía.
Solamente en un renglón se habla de defender los intereses de los trabajadores y “exigir por sus condiciones de trabajo y una remuneración justa en base a los resultados de su labor”. Sin embargo, no se habla de la situación de los salarios. Según especialistas del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana (CEEC), el salario promedio real en las empresas e instituciones estatales aún en 2011 representaba solamente un 26,0% del valor de1989, cuando el nivel de vida de los trabajadores no era nada satisfactorio. La situación se ha agravado en los meses transcurridos de 2012, esencialmente en lo que respecta a la continuada elevación de los precios de los alimentos. También se ignoran las penalidades afrontadas por los trabajadores debido a las malas condiciones laborales, deficiente alimentación, falta de ropa y calzado adecuados para las labores, y carencia de un sostenido y adecuado suministro de materias primas y herramientas, factores que unidos al mal estado de los medios de producción, son obstáculos insuperables que hacen imposible el normal funcionamiento de los sistemas de pago por resultado. Tampoco existe referencias a la situación creada por la existencia de la dualidad monetaria y el pago de los exiguo salarios en una moneda que el Estado no reconoce en la mayoría de las redes comercial y de servicios. También se ignora las grandes dificultades con la vivienda y la transportación.
Como en ocasiones anteriores, el congreso se utilizará para imponer mayores sacrificios a los trabajadores y que permitan superiores cotas de explotación, sin recibir ninguna contrapartida en beneficios. En el próximo congreso se pretende el respaldo irrestricto al proyecto de ley del nuevo Código del Trabajo, del cual no se conoce nada hasta el momento. Aunque no se expone en la convocatoria, es muy probable que se plantee acelerar el despido de 1,3 millón de trabajadores por el Estado, tarea asignada a la CTC cuando el gobierno decidió realizarla hace 2 años.
Probablemente en el Congreso se cambie al secretario general de la CTC, Salvador Valdés Mesa, quien ha encabezado el proceso de despidos, y se renueven algunos otros dirigentes que han perdido credibilidad, con el propósito de insuflarle vida a una organización que no disfruta de prestigio alguno en Cuba, y es vista como un mero instrumento del Estado-Partido.
La preparación y celebración del XX Congreso de la CTC están proyectadas para fortalecer el control estatal sobre los trabajadores y de ningún modo para defender sus intereses frente a la burocracia. No obstante, cabe la posibilidad de que en las asambleas preparatorias del Congreso, los trabajadores levanten su voz de protesta ante la difícil situación en que viven, por ser ellos los que sufren más las consecuencias de 53 largos años de totalitarismo.