LA HABANA, Cuba, abril (173.203.82.38) – Han transcurrido más de siete meses desde que un grupo de masones presentaron ante el Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, José Ramón González Díaz una acusación en contra de Jesús Luciano Armada Pena, quien había incurrido en los mismos delitos masónicos por los cuales había resultado expulsado de la Fraternidad el Dr. José M. Collera Vento (agente Gerardo, infiltrado por la Seguridad del Estado), sin que hasta el momento se haya concretado el juicio contra el mismo.
A instancias de los ex Grandes Maestros Basilio Armando Barreto y Raciel Martínez Andrew; González Díaz se limitó a transferir la denuncia al Supremo Consejo del Grado 33, para que Armada Pena, que preside dicha entidad, se juzgara a sí mismo. Esta componenda no tuvo el resultado apetecido, debido a la intransigencia de Armada.
La Sesión Anual, efectuada el pasado 27 de marzo por la Alta Cámara Masónica, máximo poder de la Gran Logia de Cuba, acordó por mayoría aplastante que Armada Pena fuese juzgado en la Corte Suprema de Justicia Masónica, por los delitos de perjurio y traición a la Fraternidad; no obstante, el Presidente del Órgano de Justicia, Mario Urquìa, continúa dilatando el juicio.
Se presume que el Gran Maestro ha orientado a Urquìa dar tiempo al Supremo Consejo, para que el propio encartado se auto aplique alguna sanción menor, que permita a la corte aplicar el axioma jurídico de que “nadie puede ser juzgado dos veces por la misma causa”, dejando sin efecto el proceso.
El verdadero motivo que está detrás de toda esta maraña es crear un precedente jurídico en la organización, que pueda ser invocado por el agente “Gerardo” para lograr ser readmitido en la Masonería.
Al respecto, el periodista Independiente Jaime Legonier, denunció las presiones que el Registro de Asociaciones castrista estaba ejerciendo sobre los funcionarios de la logia Solano Ramos, a la cual se hallaba afiliado Collera antes de su expulsión de la Fraternidad. La gestión resultó improcedente, a causa de los procedimientos legales vigentes en la Institución Masónica cubana para la rehabilitación de los masones expulsados de la misma; resultando evidente que el único medio legal al que puede acudir el oficialismo para forzar la reincorporación de su agente “Gerardo” a la Institución Masónica, es lograr que Armada Pena sea exonerado, o sancionado a una pena menor que la expulsión.
En este esfuerzo gubernamental por reponer a Collera, se encuentran involucrados otros probables “gerardos”; entre los cuales se pueden hallar, además del actual Gran Maestro y Urquìa, los pasados Grandes Maestros, Martínez Andrew y Barreto Martínez, quienes, aunque aún no han comparecido al programa Las Razones de Cuba, que utiliza el gobierno como plataforma para destapar sus agentes, tienen en su haber un historial que justifica esta sospecha.