LA HABANA, Cuba, abril (173.203.82.38) – Después del triunfo de la revolución en 1959, los rebeldes se apropiaron de todo, incluyendo la refinería Bacardí, para “construir el socialismo”. Durante su más de medio siglo en el poder, el patrimonio nacional ha sido usado exclusivamente en beneficio de la élite gobernante.
Ahora el gobierno cubano está enfrascado en una batalla legal contra Bacardí, dueña legal y verdadera de la marca Havana Club al haberla comprado a la familia Arrechabala, los fabricantes originales, por el derecho a comercializar el ron con esa etiqueta en territorio norteamericano. Como ya queda poco que robar en el terruño, quieren buscar dinero fuera y robarse lo poquito que se les escapó. Desde 1993, con la complicidad de la empresa francesa Pernod Ricard, apuestan por comercializar el ron cubano en otros mercados, para obtener las necesarias divisas.
En Cuba son muy pocos los que pueden tomar Havana Club. La mayor parte de las más de 3 millones 800 mil cajas de este ron que se producen anualmente se exporta a 120 países, según declara Pernod Ricard, encargada de la comercialización del producto. El resto, queda en Cuba para el consumo de los extranjeros y la clase dirigente, los únicos que pueden pagarlo.
Ninguno de mis amigos de San Francisco de Paula, en San Miguel del Padrón, recuerda cuando fue la última vez que se dio un trago de Havana Club. El dinero sólo les da para el ron barato que venden en el bar La Prosperidad, en la esquina de Buena Suerte y Esperanza. ¡Que irónicos el nombre y la dirección del bar!
A ellos, como a la mayoría de los cubanos les resbala la disputa legal entre nuestros dictadores y la Bacardí. Quizás hasta se alegren de que la gane la Bacardí. Ninguno de ellos espera que con los cambios anunciados el dinero les dé para beber Legendario, Ronda o Cienfuegos, y mucho menos Havana Club.
El pasado 11 de abril, en un reportaje de la televisión cubana sobre la negativa de una Corte Federal de Apelaciones de los Estados Unidos a que Cuba registrara en su territorio el ron Havana Club, el periodista Boris Fuentes dijo: “Es una decisión que no tiene sustento legal alguno y que, en último caso, sólo priva a los norteamericanos de degustar este excelente ron”.
El litro de Havana Club, Añejo 7 años, se vende en Cuba a 11.90 pesos convertibles, cifra equivalente al sueldo mensual de la mayoría de los trabajadores. Evidentemente, al periodista Fuentes le preocupa sólo el bienestar del “enemigo”, porque nunca habló de que los cubanos tampoco podemos tomar Havana Club. Al menos eso tenemos en común con los americanos.