LA HABANA, Cuba.- El pasado lunes se cumplieron cinco semanas desde que comenzó la cruenta represión por parte de las Brigadas Especiales del MININT, contra las reuniones del Foro Anti Totalitario Unido (FANTU) que dirige el activista de derechos humanos, Premio Andrei Sajarov del Parlamento Europeo, Guillermo (Coco) Fariñas.
Ese día, la policía política volvió a llevar a Fariñas al lugar conocido como Unidad Provincial de Investigación Criminal y Operaciones (UPICO), en la provincia Villa Clara. Allí, en un cuarto para interrogatorios, dos subtenientes del Ministerio del Interior le obligaron a permanecer seis horas expuesto a la más baja temperatura de un acondicionador de aire, en una habitación de 2 x 3 metros.
Fariñas relata en entrevista telefónica que, a las 2 horas, se puso de pie y uno de los guardias le asestó un golpe en el costado izquierdo con unas esposas, que le hizo perder el aire y el equilibrio. El guardia le dijo que volviera a sentarse, que no iba a apagar el aire ni a llamar a su superior. Los claros signos de la hipotermia empezaron a manifestarse cuatro horas después.
En total fueron seis horas padeciendo tortura por hipotermia. Por eso, cuando apareció un médico del MININT, Fariñas declaró estar en huelga de palabras, y solo dijo:
-Usted es un cínico. A mí me están torturando. No le doy información acerca de cómo me siento porque usted forma parte del sistema de tortura.
Cuando fue liberado, el Coco -como se le conoce a este hombre que en 2010 puso en riesgo su vida en huelga de hambre para conseguir la libertad de los prisioneros de la Primavera Negra-, fue a su casa a restablecer su temperatura corporal ingiriendo tisanas calientes. Después de un baño igualmente caliente, se dirigió al Hospital Provincial de Santa Clara, donde el doctor Yoel García Beltrán le indicó dos radiografías que dieron el diagnóstico de Neuritis Intercostal, con afectación de un mazo de nervios presente en esa zona, lo que le produce un dolor intenso.
Fariñas está en este momento muy adolorido.
-Aunque tenga que ir en sillón de ruedas –dice a esta reportera-, no faltaré a la reunión de los lunes. Estas reuniones se celebran puertas adentro, en la casa subsede de FANTU, en la barriada de El Condado, en Santa Clara.
Colaboradores no públicos de FANTU informaron a Fariñas que luego de que la organización que él preside, en conjunto con las Damas de Blanco de la región, repartieron el pasado 5 de enero juguetes a los niños pobres de Santa Clara, Miguel Díaz Canel, primer vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros se reunió con el alto mando del MININT en la provincia, y calificó de ineptos a los oficiales, exigiéndole recrudecer la represión contra los grupos de Derechos Humanos. A partir de ese momento, la casa de reunión es sitiada cada lunes por la policía, además de llevar hasta allí guaguas con efectivos paramilitares.
No quieren a más de siete reunidos
La asistencia del público a las reuniones se había incrementado, no solamente con los miembros activos de la disidencia pacifica, sino además de la ciudadanía. Ante cada arresto de activistas, el pueblo reacciona discutiendo con las autoridades por el problema de la chequera de los jubilados que son de un valor irrisorio, la leche para los niños mayores de siete años, los problemas de la asistencia médica, los elevados precios de la comida y de los materiales de construcción. Dicen también que, en vez de regalar las medicinas, a los países incluidos en los programas sanitarios (políticos) del gobierno, las pongan en las farmacias del pueblo, donde escasean.
A pesar de estas reacciones, a las mujeres que se disponen a ir cada lunes a las reuniones de FANTU, las conduce la Brigada Especial del MININT hasta la periferia de Santa Clara y son literalmente arrojadas en lugares muy distantes de sus residencias. En el caso de los hombres, son llevados a la Autopista Nacional, a dos kilómetros de la salida de Santa Clara, e introducidos 15 o 20 metros por un pedraplén, en un lugar conocido como la Loma de la Melchora. Allí son golpeados brutalmente; por la misma Brigada Especial que ejecuta las órdenes del Departamento de enfrentamiento a la contrarrevolución, equivalente al Departamento 21 en La Habana.
A Fariñas siempre lo conducen a UPICO, donde los interrogadores intentan convencerlo de que solo asistan no más de siete miembros a la reunión. A lo que Fariñas responde expresando su convicción en el derecho inalienable a la libertad de reunión y asociación, expresada en los Pactos de Derechos Humanos de la ONU, de los que Cuba es firmante.
En las cinco semanas últimas, Fariñas ha sido amenazado de muerte en dos ocasiones.
La primera la profirió el Coronel Diego Gutiérrez Velázquez, delegado provincial del MININT, que le dijo que habría represalias por repartir juguetes a los niños, y añadió textualmente:
-Nosotros te vamos a neutralizar sin necesidad de que un oficial del MININT se manche las manos de sangre.
La segunda fue hecha por dos oficiales vestidos de civil provenientes de La Habana, que le dijeron:
-Estás tratando de desestabilizar el país y si hay que matarte, te vamos a matar.
En estas últimas semanas se ha incrementado la brutalidad de los cuerpos represivos en la isla contra la oposición pacífica cubana.