Febrero 22, 1999
Declaración de los familiares de los
opositores cubanos
Vicente Escobal, Lux Info Press
A continuación el texto de una declaración que ha comenzado a circular en Cuba
y que quedó abierta a la firma de todos los familiares de los opositores cubanos, tanto los
que viven en la isla como en el exilio.
Declaración
Los abajo firmantes, familiares de las personas que han escogido libremente el camino de la
oposición política al régimen de Cuba, haciendo uso de la humanas prerrogativas
expresamos por este medio nuestro mas absoluto rechazo, a las últimas declaraciones
formuladas por funcionarios del gobierno de Cuba que constituyen una tendenciosa deformación
de los auténticos objetivos e intereses que orienta la labor de nuestros hijos, padres,
hermanos, esposos, sobrinos y nietos, que de manera responsable escogieron el camino de disidencia
sin otra meta de la de ser consecuentes con sus ideas, sin pretender imponérselas a nadie,
pero con la firme decisión de no dejarse imponer las ajenas.
Los epítetos de traidores y mercenarios suscitan entre nosotros un sentimiento de repudio
e indignación, pues conocemos la calidad humana, ética, profesional y moral de
nuestros familiares, a los que acompañamos y estimulamos con fervor íntimo pero además
con un auténtico sentido de dignidad y compromiso patriótico.
Por primera vez en la historia de la humanidad el tema de la disidencia política ha sido
legislado y tipificado como un delito, y la censura elevada a la categoría de ley. Nuestras
expectativas de un adelanto en el terreno de los derechos humanos, se han desplomado ante el empuje
de estos aberrantes y peligrosos conceptos, ante esta incomprensible vocación cruel y
represiva que pretende anular la personalidad a través del miedo y la amenaza.
Señores que gobiernan, recuerden que la Patria es de Todos y que nadie es dueño de
la vida, destino, ni de la pureza moral, cultural y hasta histórica de una nación y
mucho menos de sus habitantes.
Nadie absolutamente está facultado para regir el curso de los seres humanos, nosotros y
nuestras familias representamos ese sector de la población cubana que decidió quitarse
las máscaras y abandonar la estrecha senda que conduce a la degradación a apartir de
una incondicionalidad ficticia.
Nuestros familiares, a los que ahora se acusa con los más infamantes calificativos,
quieren ejercer el derecho de sentirse autónomos, ser la voz de sus propias conciencias y
hacerse eco de demandas ciudadanas, quieren proponer y participar en el diseño de la vida
nacional, algo absolutamente compatible con su condición de ciudadanos y no súbditos.
Sirva esta declaración para reafirmar ante la conciencia nacional e internacional que no
vamos a tolerar que nuestros queridos familiares sean convertidos en fantasmas culpables de su
talento, de su obra, de su sentido de la libertad, y que los acompañaremos como siempre lo
hemos hecho, compartiendo sus ideas, sus esperanzas y sus destinos.
Dada en La Ciudad de La Habana, a los 19 días del mes de febrero de 1999
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