Febrero 10, 1999

Informaciones de la corresponsalía sindical Villa Roja

1) Despiden azucareros por llevar azúcar a su casa

2) Laboran en condiciones anormales en el Abraham Lincoln

3) El pueblo pasa hambre y los alimentos se pudren

4) ¿Hospital o campo de concentración?

5) Custodian el azúcar que va al almacén

ARTEMISA, 8 de febrero (Rafael Iturralde Bello, Villa Roja) - Más de diez trabajadores vinculados a la industria azucarera en este territorio artemiseño fueron despedidos el pasado mes de enero. La medida, impuesta por la administración y aplaudida por el sindicato oficialista que en vez de representar a la clase obrera hace lo contrario, fue aplicada a trabajadores que, obligados por la necesidad, han tomado un poco de azúcar para preparar alimento a sus hijos.

La administración y el sindicato, que no han sido capaces, por complicidad o por miedo, de enfrentar a los llamados "ninjas", que aprovechando el horario nocturno han desbaratado el techo de los centrales, sustrayendo grandes cantidades de azúcar para comercializarla en el mercado negro, la han emprendido contra los trabajadores, como si quisieran, desde ahora, ir justificando una salida honrosa a la abolición de la cuarta brigada en próximas contiendas.

Sin embargo, no han tomado en cuenta que a estos mismos trabajadores, desde el primero de diciembre hasta la fecha, por la libreta de racionamiento sólo le han entregado tres libras de azúcar por persona, ya que en el mes de enero no alcanzó la entrega para todos los consumidores.

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ARTEMISA, 8 de febrero (Rafael Iturralde Bello, Villa Roja ) - El pasado 28 de diciembre se inició la molienda del complejo agroindustrial Abraham Lincoln de este territorio, en una contienda que las autoridades han denominado zafra de la dignidad.

No resulta significativo que lo hayan hecho con nueve días de atraso a la fecha señalada, y que los rendimientos industriales no respondan a las expectativas de los dirigentes que, al parecer, confiaban en un milagro. Para muchos trabajadores, lo que resulta indigno, es que la administración junto al sindicato, que cada día se parcializa más, obliguen, dadas las circunstancias, a laborar en condiciones anormales que violan la seguridad física de los trabajadores, como es el caso de los que se desempeñan en la planta de clarificación de guarapo, donde el pasado día 10 de enero, a las cinco y treinta de la mañana, explotó una pizarra eléctrica de alto voltaje que, afortunadamente, no causó desgracias personales, aunque paralizó el desarrollo de la actividad laboral.

El hecho ocurrió debido a la lluvia, ya que la planta, a pesar de las quejas de los trabajadores, permanece como un cabaret bajo las estrellas, por carecer de techo y paredes, situación que las autoridades no pudieron resolver, y además, no pudieron evitar que fueran robadas.

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ARTEMISA, 8 de febrero (Rafael Peraza Fonte, Villa Roja) - Mientras el pueblo pasa hambre, rastras y camiones cargados de productos corrompidos, como son frijoles, pescado, pollo y carne de puerco, paquetes de natiflán, son enviados a la fábrica de pienso líquido, en el pueblecito de Maravilla Roja, a diez kilómetros de Artemisa. Esto lo ha presenciado gran parte de la población, que se pregunta: ¿cómo es posible que esto suceda? Si nos hablan de un bloqueo, y por culpa del bloqueo, según la dirección del país, tenemos que resistir todas estas dificultades.

Uno de los residentes, entrevistado por nuestra corresponsalía, dijo: "No hay bloqueo. Las "shopins" están llenas, las viandas se pudren en el campo, en los planes de cítrico las naranjas están en el suelo, la población no recibe nada, sólo migajas, y cuando se recoge algo, se lo llevan los turistas, que son los que tienen derecho y dólares. Aquí nosotros estamos para vivir con una libreta de racionamiento, bodegas y carnicerías vacías, y para seguir escuchando que el bloqueo es el que tiene la culpa de los problemas". Y concluyó: "Para mí no hay más que un bloqueo, el del gobierno para el pueblo. Lo demás es el cuento de la buena pipa".

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ARTEMISA, 8 de febrero (Reportó Rafael Peraza Fonte, Villa Roja) - En días pasados, familiares de pacientes que residen en Artemisa, ingresados en el hospital Salvador Allende, conocido anteriormente por Covadonga, y situado en la Calzada del Cerro, en Ciudad de La Habana, manifestaron a esta corresponsalía lo siguiente: "Es mejor morirse que tener que ir a parar a la Covandonga. Aquello es un desastre, las salas están sucias, la comida no sirve. En vez de un hospital, eso parece un campo de concentración. Allí los enfermos pueden agravarse más, sobre aquellas sábanas sucias, acompañados de cucarachas, moscas y ratones. Y si es cuando llegas a la sala Elpidio Sosa, de angiología, y ves dentro de aquellos cubículos personas a quienes le amputaron una mano, un pie o un dedo, y los bandidos robando por todas partes". Y concluyen estos familiares: "Sólo dos salas hay pintadas a la entrada del hospital, quizás para dar otra imagen, pero a nosotros nos espera lo peor, ya que en Artemisa, la mayoría de los casos son remitidos a un hospital que padece un vertedero: La Covadonga".

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ARTEMISA, 8 de febrero (Reportó Rafael Peraza Fonte, Villa Roja) - En el central Eduardo García Lavandero, de Artemisa, hay un camión que carga el azúcar de las tolvas para el almacén, pero como medida para evitar el robo de ésta, el camionero tiene que andar con un custodio durante sus viajes hasta la pesa del central, que queda a una cuadra. Por otra parte, por la noche aumenta la vigilancia, pues los hurtos se suceden las 24 horas del día, y si un trabajador es sorprendido con azúcar es expulsado al momento de su puesto, llevándose consigo la triste esperanza de seguir tomando café amargo.

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