17 de octubre, 2000

A Hernán Henríquez Lora

Por José Manuel Pou Socarrás, Presidente de la Confederación Campesina de Cuba

Acaba de caer en la trinchera del deber Hernán Henríquez Lora, humanista, patriota, desdoblado en dos patrias hermanas y antillanas, Santo Domingo y Cuba. Líder social, diplomático, demócrata, venido de estirpe de cultura y acción política, descendiente de Pedro y Max Herníquez Ureña. Nieto por línea paterna de Henríquez y Carvajal, el amigo de nuestro Apóstol José Martí y colaborador de Eugenio María de Hostos en las tareas pedagógicas.

Por lo cubano, nieto por línea materna del General Lora, este hombre, militante y dirigente de la Confederación Campesina de Cuba, fue defensor de los agricultores de Cuba. Fundó varias asociaciones agrarias y cooperativas agrícolas a lo largo y ancho de la Isla.

Siendo diplomático de la República Dominicana en Europa, luchó y logró la salida de cientos de judíos fuera de los territorios ocupados por los nazis en Europa. En Checoslovaquia, entre ellos sacó a la actual Secretaria de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos de América, cuando era una niña, y a su familia.

Sencillo, humano, realista, luchador lleno de plenos ideales, siempre propenso a ayudar al prójimo creando, construyendo el bien común del presente y del futuro.

Ha muerto un abanderado de la libertad, un agrarista de la Cuba de siempre que ya en parte él había abonado para que el árbol frondoso de la libertad dé los frutos de amor y paz entre todos los cubanos.

A ti, hermano del alma, mi oración permanente al Sumo Hacedor del Universo, por vuestra alma. Descansa en paz, Don Hernán Henríquez Lora.

José Manuel Pou Socarrás

Presidente de la Confederación Campesina de Cuba

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