Editorial El País Digital, Uruguay
HOY IMPORTA

Al comunismo vernáculo se le atragantó el hecho de que el Presidente Mujica recibiera a disidentes cubanos y en especial, entre ellos, a las "damas de blanco" (familiares de presos de la dictadura de La Habana). Ahora, ese comunismo contraataca. En varias formas, pero el nivel es este: en el semanario oficial del PCU, "El Popular", fue publicada una caricatura que mostraba a Mujica con los pantalones bajos, recibiendo a un grupo de disidentes con forma de gusanos ("gusanos" es el término con el cual el oficialismo cubano califica a los disidentes). Aun así, Mujica quiso limar asperezas e invitó al senador Lorier a una reunión. Pero el Partido Comunista rechazó la reunión, alegando que sus dirigentes tenían otras actividades.

El Presidente creyó que con haber pedido que hubiera cero fotógrafos y periodistas durante su encuentro con los disidentes, el asunto pasaría disimulado. No fue así y tampoco fue suficiente que luego diera una explicación especiosa sobre las razones por las que recibió a "una delegación que vino del exterior, donde había cubanos que están enfrentados con su gobierno", diciendo que eso había ocurrido porque se lo habían pedido "gente de los partidos tradicionales muy importante, representativa".

Este episodio puede servir para comprobar que no se puede estar con Dios y con el diablo. Que no se puede recibir gente cuyos derechos humanos son violados sistemáticamente y al mismo tiempo mantener buenas relaciones con quienes violan sus derechos y con quienes aplauden esa actuación despreciable.

Será interesante ver de qué manera evoluciona este asunto dentro de la izquierda uruguaya, donde también hay gente que le preocupa las violaciones de derechos en Cuba.