Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) -  Durante los últimos días, Fidel Castro la ha emprendido contra los Beatles, el rock, MTV y el Club de Bilderberg; se trata de una campaña que tiene mucho de teoría conspirativa, nostalgia por sus viejos aliados del Kremlin y muchas incógnitas y omisiones voluntarias.

En programas de baja audiencia, como Mesa Redonda,  donde generalmente los periodistas repiten íntegramente lo que publica el periódico Granma, los comisarios del régimen esta vez no hicieron referencia a determinados fragmentos citados por el Máximo líder, sobre las formas de manipulación de masas, tomados del libro Los Secretos del Club de Bilderberg, del ruso Daniel Estulin.

Es relevante que sólo días antes que el anciano líder reapareciera, como antaño, retratado y mencionado más de diez veces en la primera página de Granma, y que dirigiera discursos a representantes de su séquito y de la Unión de Jóvenes Comunistas, los grupos de jóvenes que se reúnen habitualmente en el parque de la calle G (Avenida de los Presidentes), en el Vedado, fuesen hostigados y reprimidos por pandillas evidentemente enviadas por la policía política.  

Desde el pasado 26 de julio, pandillas de jóvenes desconocidos, ajenas al lugar, entran al parque y golpean a los muchachos, para muchos, con la intención de amedrentarlos y desestimular su asistencia al lugar. Estas violentas agresiones se ejercen impunemente ante las cámaras de vigilancia instaladas en el parque  y sin que la policía haga nada para evitarlas.  

Los jóvenes que habitualmente se reúnen en el parque de G provienen de diversos estratos sociales; nunca antes se habían producido conflictos raciales, o por preferencias políticas, de orientación sexual o religiosa. Adolescentes, jóvenes, viejos, vagos, obreros, estudiantes universitarios y hasta profesores, asiduos al parque, tienen en común la búsqueda de un espacio para interactuar y el gusto por la música: rock, hip hop, reguetón, etc.

El régimen siempre ha mirado con recelo a los ojos a los jóvenes, sobre todo a los amantes del rock. Fidel acaba de confirmarlo en sus reflexiones al presentar  ese tipo de mica como un arma utilizada por los grandes intereses para manipular a la juventud.

No olvidemos las prácticas totalitarias utilizadas en diferentes etapas, como la creación de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), auténticos campos de concentración donde se internaron a jóvenes con “diversionismo ideológico”, homosexuales, religiosos, o simplemente “peligrosos” a los ojos del gobierno. La esencia del régimen permanece intacta, los tiempos no han cambiado mucho.