LA HABANA, Cuba, 25 de agosto, (Damián Sánchez Sáenz, Buró Información Comisión Martiana / Lucas Garve,  www.cubanet.org) -Una serie de reuniones se han estado celebrando en la capital con la participación de taxistas privados, por municipio, y presididas por dirigentes del Poder Popular, los Gobiernos Municipales y, en ocasiones, funcionarios del ministerio del transporte.
 
En una de estas reuniones, realizada en el municipio Arroyo Naranjo, los organizadores quedaron sorprendidos cuando todos los participantes abandonaron el local, por no recibir respuestas a sus inquietudes. Para el mes de septiembre se espera un aumento del precio del combustible que, de concretarse, posiblemente redunde en la devolución masiva de las licencias por parte de los taxistas particulares. Los taxistas se quejan de los altos impuestos, la falta de piezas para el mantenimiento de sus vehículos y los engorrosos y costosos trámites burocráticos, que hacen que su trabajo no sea rentable.

Una nueva medida de las autoridades de tránsito estipula que los choferes de alquiler por cuenta propia, independientemente del modelo y tamaño del vehículo, no pueden transportar más de siete pasajeros. Hasta hace poco los choferes que tenían “pisicorres” (station wagons, en inglés), como se llama en Cuba a los vehículos con tres filas de asientos, transportaban ocho pasajeros. El octavo pasajero ocupaba el asiento movible para dejar subir a quienes se sentaban en la última fila. Los choferes propietarios de este tipo de vehículos se quejan porque su ganancia se ve reducida al perder un pasajero y alegan que, además, el impuesto fue elevado desde mayo a 1,200 pesos mensuales, cifra que consideran excesiva en relación con sus ganancias.

Un gran número de habaneros se benefician de este servicio, fundamentalmente en los horarios pico, debido al muy deficiente servicio de ómnibus urbanos.