Moisés Leonardo Rodríguez

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Muchos policías actúan arbitrariamente debido a su bajo nivel educacional, desconocimiento de la ley y falta de ética. Esto provoca el rechazo de los ciudadanos hacia el cuerpo, y desestimula la entrada al mismo de personas con aptitudes.

La ausencia de profesionalidad limita la colaboración de los ciudadanos, lo que disminuye la eficiencia policial, que depende en gran medida de esa colaboración.
La disfuncionalidad del servicio se manifestó la tarde del 30 de julio, cuando 50 vecinos del municipio Centro Habana enfrentaron a los tripulantes del carro patrulla 355 por el arresto arbitrario de varios.

Cuatro menores de once años jugaban en el terreno de una construcción en la calle Hospital esquina a Salud cuando, pasadas la seis de la tarde, se produjo el arresto con violencia verbal, incluida la amenaza de meterle “la tonfa por el c…” a uno de los niños, mientras los introducían en la patrulla.

Al reclamo de las madres se unieron vecinos y transeúntes. Los policías ofendieron  y amenazaron a la multitud, y uno de los agentes le dijo a un ciudadano: “En la pistola tengo 16 balas y aquí va a haber 16 muertos”. Los insultos contra familiares y vecinos fueron abundantes.

Ante la advertencia de que se quejarían a los superiores, respondieron que no les importaba, porque nada les pasaría. El refuerzo de cinco carros patrulleros y una moto Yamaha, no se hizo esperar. Se interrumpió el tráfico hasta que un capitán ordenó que se retiraran del lugar los policías que originaron el disturbio.

Los vecinos coincidieron en la falta de ética que caracteriza a los policías cubanos que, lejos de cumplir su función de mantener el orden, crean desordenes públicos.

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