Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) -  Previo al ciclón platanero que azotó la capital recientemente, cien personas se reunieron en la planta alta del edificio de la calle Teniente Rey 157, donde tiene su sede Gaia Teatro de La Habana. Allí Se inauguró la exposición fotográfica El Retrato como identidad del cubano actual.

La exposición reúne a más de 59 artistas de la imagen, diecisiete mujeres entre ellos, que logran, gracias a la curaduría de Ester Cardoso,  dar un amplio diapasón de lo cubano a través de las imágenes, para llegar a lo antropológico. Todo a través de la mesura, el equilibrio y el rigor conceptual.

Entre las obras de las mujeres destacan las de Lisset López (Closeup Of Myself); Ainet Martínez (Resistencia 2); Miriam Páez  (Dalila), y Lisset Faldero (S.t.). Destacan estas obras por la búsqueda inquisitiva del carácter de los retratados, y en el lado humano y “dulce” de muchas expresiones.  

Ester Cardoso logró reunir un jurado de primera línea compuesto por Eduardo Mederos, Director de Teatro y profesor del Instituto Superior de Arte; Ramón Cabrales, especialista principal de comunicación cultural del Ministerio de Cultura quien, además, escribió el texto para el catálogo, y Rufino del Valle, especialista de la Fototeca de Cuba, con amplia experiencia como jurado y curador de muestras fotográficas.

Los artistas seleccionados retrataron a personas desconocidas, sin belleza ni atractivo especial, pero obtuvieron improntas que  complacen al observador y cuentan una historia de la fotografía cubana. En estos tiempos las imágenes bombardean a los cubanos, muchas veces de forma manipulada, como las de Ernesto Guevara, nunca mostrado en su faceta de hombre indefenso, rendido a los militares bolivianos; al igual que las de un Fidel Castro temeroso, tan recordado en las primeras imágenes de 1959.

En este salón encontramos imágenes cuya belleza radica en las sensaciones que nos trasmiten. Porque esa perfección en lo feo, lo cotidiano, las arrugas, las deformaciones físicas, la caída del cabello, la demencia y en tantos rasgos, es capaz de emocionarnos y hacernos comprender al retratado y sus circunstancias.

En esta exposición hay buenos retratos y los buenos retratos hablan solos. La imagen puede ser circunspecta o desafiante, polémica o cómplice, esquiva o evocadora, pero siempre va directamente al observador.

Gaia Teatro es un retrato de estos tiempos. Extraña  mezcla de iniciativa privada y el Ministerio de Cultura.  Aun no tiene todos los permisos para operar “libremente”, pero Gaia ya emprende acciones artísticas como esta exposición