Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Según la prensa oficial, entre las prioridades del país se encuentra la recuperación de la infraestructura ferroviaria. Sin embargo, el año en curso ha sido posiblemente en el que más se ha evidenciado la incapacidad del gobierno para ofrecer a la población un servicio ferroviario eficiente y seguro, y de hacer que este importante medio de transporte sea realmente la columna vertebral del desarrollo económico de la nación.

Se dice que más de dos mil soldados del Ejército Juvenil del Trabajo apoyan a las brigadas de reparación y mantenimiento de vías, pertenecientes a la Unión de Ferrocarriles de Cuba, pero los resultados de su labor no aparecen por ningún lugar.

Con frecuencia se destaca en la prensa que la culpa del pésimo servicio ferroviario que padecemos los cubanos recae en las indisciplinas del personal de operaciones y de la tripulación de los vehículos, el mal estado de las vías férreas, o hasta en el Ministro del sector. El 4 de mayo de este año, Jorge Luis Sierra Cruz, ministro del ramo, fue “liberado”, “por errores cometidos en el desempeño de sus funciones”, según se dijo, y se nombró Ministro al anciano militar Antonio E. Luzón Batle, General de División de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y antiguo comandante del Ejército Rebelde.

Hasta el momento, el General no ha podido mejorar el servicio de trenes, y muchísimo menos el transporte urbano, que cada día empeora; ni siquiera evitar los frecuentes accidentes ferroviarios. En los últimos meses han ocurrido 426, de ellos 18 graves, con un número indeterminado de muertos y heridos. Los vagones de pasajeros siguen sucios y el servicio, malo. Es difícil comprar un boleto y el escandaloso incumplimiento de los horarios ya se ha vuelto habitual.

Se trata, sin duda, de otro fracaso del máximo líder Fidel Castro, quien nos anunció en los años 70 que,  “gracias a la Emulación Socialista”, los ferrocarriles cubanos pronto funcionarían como un reloj. Décadas más tarde, en 2006, dedicó todo un discurso a 12 locomotoras chinas adquiridas por su gobierno, calificadas por él como “las mejores, más modernas y baratas que hemos tenido”.

Cuba fue el séptimo país en el mundo y el primero en América Latina en poseer este medio de transporte. El primer servicio de ferrocarril lo había logrado Inglaterra en 1825, luego le siguieron Estados Unidos, Francia, Alemania, Bélgica y Rusia. El ferrocarril llegó a La Habana sólo doce años más tarde que a Inglaterra después, y ya en la República, a principios del siglo XX, los cubanos comenzaron a viajar en tren al construirse 541 kilómetros de vía, entre Santiago de Cuba y Villa Clara.

En estos días, al cumplirse 85 años de la muerte de Enrique Varona, líder ferroviario asesinado durante la dictadura de Machado, los funcionarios del ramo apelan a su memoria para pedirles a los trabajadores del sector que se esfuercen en la recuperación del ferrocarril. Veremos si esto da resultado y el general Luzón no termina también sustituido “por los errores cometidos”.