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Los nuevos cuentapropistas

Odelín Alfonso Torna (PD)

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubganet.org) - El gobierno cubano reabre el sector privado con 178 actividades por cuenta propia. Muchas de ellas permanecieron congeladas por más de diez años. Fuertes mecanismos de auditoría y control sobre las alternativas de producciones y servicios que surgieron a raíz de la caída del campo socialista en 1989, diezmaron muchos de los negocios privados en el período 1994-2004.

Hoy se trata de oxigenar al Banco Central de Cuba y asegurar la actividad presupuestada en los sectores subsidiados para los próximos cinco años. La producción de níquel y azúcar, la biotecnología y el turismo, puntas de iceberg de la economía cubana, apenas ganan para su sustento.

No estamos ante nada novedoso. El grueso, por no decir todas, de las actividades por cuenta propia que aparecieron publicadas en el periódico Granma el viernes 24 de septiembre, existía de manera autorizada o como parte de esa economía soterrada en el mercado negro.

Técnicamente es un plan basado en el rescate de los oficios tradicionales y los que han surgido a partir de nuestras vicisitudes antes y después de la caída del bloque comunista. Esto es algo que se viene materializando también en la enseñanza técnico-profesional, con el aumento de las matriculas en tecnológicos y escuelas de oficios.

Los que debutan en el trabajo privado serán monitoreados por la Oficina Nacional Tributaria (ONAT). El  cuentapropismo lleva el apadrinamiento oficial, además del requisito indispensable de ser un obrero jubilado o un excedente del único empleador, el Estado.

“La caída del gobierno bolivariano de Hugo Rafael Chávez Frías es inminente, y por eso el gobierno cubano apela al sector privado. Si encontrase por ahí otro gobierno benefactor, entonces vuelve a apretar a los cuentapropistas”, comenta el jubilado Alberto Contino, vecino del reparto La Prosperidad, en el municipio  San Miguel del Padrón.

Aún así, el gobierno, en medio de sus aprietos económicos, no abre sus válvulas de escape sin antes engrasar sus amarres totalitarios. Obviamente, la plantilla de inspectores de la ONAT de seguro aumentará. Nuevos impuestos, como el de la seguridad social, el servicio público y la fuerza de trabajo solicitada a través de una bolsa estatal de empleo, se suman al pago sobre los ingresos, las ventas y la declaración jurada anual de cada cuentapropista.

Aún no se sabe qué impuestos pagará un forrador de botones, un aguador o un peluquero de animales domésticos. Tampoco si  contarán con un suministro periódico de materias primas en los mercados minoristas que se crearán al efecto.

“Seguramente voy a tener que pagar el doble de lo que acostumbraba. No sé por qué me toca a mí contribuir con la seguridad social, eso es un problema del gobierno”, asegura Mario, reparador de cámaras y neumáticos con licencia operativa desde 1994.

Si nos regimos por los precios minoristas de las materias primas e insumos en la red de productos liberados (y digo minoristas porque la infraestructura mayorista aún está en proyecto), reparar un colchón de muelles costará lo mismo que uno nuevo en las Tiendas Recaudadores de Divisas

El país se encamina a reformarse sin apenas contar con una base financiera solida, que active paquetes de créditos a los cuentapropistas debutantes. El Estado pretende salvar su economía con entrenadores de perro, tapiceros, maestros repasadores e instructores de automovilismo. Raúl Castro y su gremio de gerentes desmovilizados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, creen que la revolución se encaminará con toda clase de restauradores y reparadores.

Como dice un vecino, vamos a vivir otra etapa de auge en la actividad individual, esta vez con prioridad para los 500 mil trabajadores que quedarán cesantes antes del primer semestre de 2011. Esperemos que el gobierno  no comience a ganar hilos de rosca, es decir: apretar; pedir cuentas de arriba hacia abajo que obliguen al cuentapropista a renunciar. Ya vimos esa película.
  

odelinalfonso@yahoo.com 



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