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La alcantarilla del Presidente

Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) -  Con el amanecer del domingo 14 llegó el escándalo de sirenas y luces a las calle Paseo y Línea, en el Vedado. La calle Paseo, por donde se desplazan frecuentemente el Presidente y algunos dirigentes del país era el sitio de donde provenía el alboroto.

Inicialmente llegaron al sitio algunos carros de bomberos, varias patrullas y un grupo de efectivos de la policía motorizada. De inmediato rodearon el lugar, desviaron el tráfico para luego delimitar con cintas el perímetro del incidente. Nadie sabe por qué apareció una ambulancia y luego otra. Desde lejos, aquel revuelo daba la impresión del aterrizaje de un OVNI.

Al mediodía llegaron los peritos. Se incrementó el personal militar, Generales y otros sujetos ataviados con guayaberas. Finalmente apareció un grupo de uniformados portando armas, entre los que sobresalía el Ministro del Interior.

El tránsito fue desviado hacia otras áreas, por lo que el número de policías se incrementó para asegurar el éxito de la empresa.

En la noche continuó el desfile de autos chinos marca Geely, en los que se mueven los dirigentes de rango medio y alto. A los agentes del orden se les ocurrió colocar los contenedores de basura en la calle para señalizar el cierre de las vías.

Al día siguiente, prosiguió el espectáculo con la asistencia de otros funcionarios, y  muchos se preguntaban las causas del alboroto, sin que nadie respondiera. En la tarde del lunes, una senda fue parcialmente abierta a transeúntes y carros. Al tercer día, las causas del alboroto continuaban siendo una incógnita.

Cuando arribé al lugar, quedé lelo. Un cable de alta tensión soterrado había hecho corto circuito debido a la lluvia, generando una chispa que provocó un incendio en una de las bocas de cloaca situada en medio la Avenida Paseo.

Hace más de un año que, en mi diario ir y venir, paso por encima de la tapa del alcantarillado. Cuando llueve, la calle se inunda y el humo que despiden las cloacas hace que los transeúntes teman electrocutarse. Eso ocurre en varias cuadras a la redonda desde hace mucho tiempo y los vecinos lo han notificado a la empresa eléctrica en múltiples ocasiones, sin que, hasta ahora, nadie se hubiera tomado el trabajo de venir a inspeccionar el lugar.

Parece que, casualmente, el Presidente pasaba por allí en el momento en que estalló la alcantarilla y, ahora sí, se han ocupado de investigar.     





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