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Seminarios para el VI Congreso

Odelín Alfonso Torna (PD)

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Jóvenes que posan en la primera plana de un diario oficial y simulan leer las opiniones de los ciudadanos sobre los nuevos lineamientos del Partido Comunista de Cuba, representan (jóvenes y opiniones) esporádicas turbulencias de lo que más adelante terminará en una llovizna dañina.

Por ahí dicen que la nave (Cuba) se reforma; que con nuevos remos, velas, proa y cubierta no se aparta ni un milímetro del rumbo elegido “por todos”, sino que busca en esos elementos la garantía de no andar por andar en los mares de la ineficiencia y el despilfarro. Pero nadie habla del timonel, o de sus timoneles, de esa guía celestial que no cede espacios.

Desde que tengo uso de razón he vivido rodeado de esos mismos lineamientos. Claro, sin estar impresos en un tabloide como antesala de un Congreso (VI del PCC), porque así lo ha decidido su máximo órgano de poli-difusores. Los bajos salarios, el inflar, desinflar o negociar plantillas por la izquierda, la perspectiva socialista del obrero “accionista”, el fin de la dualidad monetaria y otras problemáticas, han figurado en nuestros seminarios de la cotidianidad por largos y angustiosos años de período especial.

Por eso creo que los lineamientos partieron desde la insalubridad en una comunidad de tránsito, se elevaron a propuesta frente a la estantería en una tienda recaudadora de divisas, y fue el ocioso e irrentable proletariado y su empresa socialista quien dio el voto secreto. Es algo que ha estado latente en la crónica de la prensa independiente, o con salpicaduras en la oficialista; también en los temas convergentes de los partidos de oposición.

Pero de un monitoreo incesante se vale la dictadura; de medir los estados de opinión ciudadana, y a partir de ahí, zarandear los deberes cívicos, porque las circunstancias así lo exigen. Y más que lineamientos es materia obligada para los cuadros del partido. Bien claro tienen ellos que la independencia económica significa el divorcio de lo político e ideológico; ahí se pone en juego el concepto “revolución”.

El régimen cae rendido, harto de sacar a jarros el agua del bote. Nos abre atajos para “elegir” el destino económico de Cuba, como si del cielo nos bajara un Bill Gates por cada núcleo familiar. ¿Y con el acceso a Internet y los derechos cívicos qué hacemos, San Seminario? ¿No hay espacio para esto en los lineamientos del PCC?       

Por ello entiendo que los seminarios partidistas para analizar, debatir o utilizar como papel higiénico los lineamientos del PCC, son otro truco más en la política del peladero. Mañana las fiscalizaciones vendrán de todos los flancos posibles, como sucedió con la primera inserción de cuentapropistas a principio de los 90. Moverte extraño, o simplemente no moverte será, con buen tiempo, el preámbulo de un expediente delictivo.

El partido único, dicen, ultima los detalles para su VI Congreso en cinco décadas de revolución. A partir de ahí se reformará, o reajustará su política económica y social si los desempleados son capaces de amaestrar perros, desmochar palmas o forrar botones con eficiencia y premura. Si a estas alturas tenemos que interpretar la economía socialista, que San Seminario en el Peladero nos coja confesados.

odelinalfonso@yahoo.com





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