Frank Correa
LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) – Subsanación de errores es un cuerpo jurídico empleado comúnmente en Cuba, que trae consigo una serie de trámites burocráticos, nada cómodos en medio del periodo especial que vive la isla.
Los errores en los documentos se deben casi siempre a la premura, y al poco interés de los empleados públicos, tal vez por los bajos salarios que reciben. Entre bostezos se cambian letras en los nombres, se obvian o añaden tildes, se suprimen o adicionan eses, provocando el caos cuando la persona aludida tiene que enfrentar el recurso de subsanación de errores.
Un ejemplo es el caso de la señora Eroldida Jiménez, nacida el 14 de septiembre de 1924 en Manzanillo, hija del emigrante español Arénico Jiménez, que llegó a Cuba en 1901 en busca de futuro. El nieto de Eroldida está desesperado. Quería marcharse del país y tramitó la ciudadanía española porque es nieto de un gallego. Miles de cubanos ya se acogieron a la ley de naturalización dictada por España, y muchos ya están fuera del país.
El nombre de Eroldida fue cambiado en la inscripción de nacimiento solicitada por el nieto durante un viaje a Manzanillo, y le pusieron Erodida. Tuvo que acudir a la “subsanación de errores”, en el bufete. Y lo solicitó tres veces más, por sucesivos cambios: Erotica, Eroldia y Erolda.
Contrataron un abogado para que se ocupara de la subsanación de los tres errores. El abogado exigió un certificado de matrimonio a Eroldida; su difunto esposo se llamaba Ermigido, y en el certificado le pusieron Ermigio. Otra vez la locura.
Eroldida llegó a su casa quemada por el sol y la demencia del ómnibus, cansada del enésimo viaje sin resultado al bufete colectivo. Pensó en su padre Arénico, que vino a Cuba en 1901 en busca de futuro; miró a su nieto que la animó a continuar los trámites en la notaria, y le dijo:
-Mira, muchacho, ya estoy hasta la coronilla con todo este lío. ¿Y sabes lo que estoy pensando?
-¿Qué, abuela?
-¡Que tu abuelo Arsénico no debió haber venido a Cuba a buscar ningún futuro!
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