Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press
LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Los trabajadores del puerto de La Habana, Antonio Alarcón y Orestes Odín, pertenecientes a la Terminal de Contenedores Habana (TCH), demandaron a esa empresa porque fueron cesanteados. Los demandantes aseguran que se trató de un caso de favoritismo de la dirección para con otros trabajadores menos aptos. El juicio laboral se efectuó el 27 de agosto del presente año.
Tania Junco, gerente de TCH, declaró: "Son buenos trabajadores, cumplen bien sus labores, no se ausentan ni tienen llegadas tarde. El problema está en la poca cantidad de contenedores que entran al país. Hubo que hacer reducción de plantilla en TCH. Ellos sólo tienen tres años de experiencia".
El abogado, Luis Antonio Lorenzo, se refirió a la destreza de sus defendidos. Aclaró que no son tres, sino 18 y 15 años de experiencia trabajando en diferentes terminales.
Antonio y Orestes expresaron que tres años es el tiempo que llevaban en TCH, a donde fueron trasladados en prestación de servicio, no fijos. “Sin embargo –puntualizó Orestes-, ahora no nos permiten regresar a la empresa donde trabajábamos, aunque allí también han hecho reajustes”.
El licenciado Lorenzo se refirió entonces a la opinión que había recogido entre varios capataces sobre la conducta de sus defendidos, que reconocen la integridad de los trabajadores.
Emilio Jerez Oliver, sindicalista independiente, presente en el juicio y fuente de esta información, dijo que el abogado Lorenzo resaltó la incongruencia de cesantear a personas cuyas edades oscilan entre 35 y 45 años, mientras permanecen en sus puestos individuos de 70 y 71 años, los que, por razones evidentes, no pueden desempeñarse en el trabajo mejor que los más jóvenes, y corren el riesgo de accidentarse con más frecuencia.
Estas personas no pueden trabajar en el ajuste de los contenedores mediante varillas para que no caigan al mar cuando los barcos navegan; ni en cubierta, cuando la embarcación atraca, porque la altura de los contenedores alcanza a veces el equivalente a un edificio de 3 ó 4 pisos, según manifestaron los demandantes.
Afirma Jerez que en el juicio se habló del caso de Ernesto Goytisolo, un trabajador de edad avanzada, quien al saltar de cubierta al muelle (apenas un metro) cayó y se dislocó la tibia y el peroné.
Antonio y Orestes aseguran que fueron sacados del trabajo sin respetarse las normas laborales. Otros trabajadores desocupados presentarán demandas similares. El juicio quedó concluso para sentencia.
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