Ángel Juan Moya Acosta, prisionero de conciencia  

LA HABANA, PRISIÓN COMBINADO DEL ESTE, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - La Habana – Si mi libertad va a ser condicionada por el régimen a  que las Damas de Apoyo sean forzadas a dejar de caminar, no la acepto, porque es inmoral y humillante. Si alguno de los prisioneros políticos de mi causa lo acepta, es su decisión personal. La libertad de los reos políticos y de conciencia cubanos es un derecho de todos, pero debe ejercitarse dentro del decoro. 

Muchas de estas valientes mujeres llevan 7 años batallando, enfrentando a la tiranía cara a cara, y por eso la Seguridad del Estado las odia y reprime con tanta saña.  

Las Damas de Apoyo, por su altruismo, desvelo y amor, son parte inseparable de las Damas de Blanco. Más aún, ellas son la vanguardia del pueblo cubano que, desafiando la represión y el terror del gobierno, se han decidido por la libertad y el respeto de los derechos humanos. 

Este Gobierno, encabezado por Raúl Castro, dejó morir a Orlando Zapata Tamayo, y unos días después humilló a su madre, Reina Luisa Tamayo, en la vía pública.  Ahora los militares visitan  nuestras casas diciendo que van a liberar a los presos políticos. No nos dejemos engañar con cantos de sirenas. Si el régimen nos excarcela sólo es con el ánimo de mejorar su deteriorada imagen internacional.

La solución de los males de nuestra Patria no radica en excarcelar a unos cuantos prisioneros políticos, sino en el establecimiento en Cuba de la democracia y el estado de derecho, donde se respeten la libertad, la justicia y los derechos humanos.  

¿Usted realmente quiere la libertad de los prisioneros políticos y de conciencia? Entonces, súmese a las Damas de Blanco, tome su gladiolo, vístase de blanco, y vaya cada domingo a la iglesia de Santa Rita.