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X Congreso Campesino

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - El guajiro arreaba las vacas con un cuje. Las terminales nerviosas de sus pies encallecidos no apreciaban la humedad de la yerba, ni la dureza de la piedra. Al entrar el último animal cerro el cuartón, se echó el sobrero de yarey hacia atrás y se secó la frente.  Mestizo oriental, con pelo ralo, flaco, bajito y nariz fina, vestía ropa militar como uniforme de faena. Era media mañana en el Dátil, 20 kilómetros al sur de Bayamo.  
 
Los campesinos de cuello grueso, conocidos como cogotuses (símbolo en Cuba de solvencia económica y saturación de proteínas) se reunieron en el Teatro Central de las Fuerzas Armadas para desarrollar su X Congreso, bajo las miradas de la Dirección de Contrainteligencia Militar, y en una escenografía propia del congreso del desaparecido Partido Comunista de la Unión Soviética, con la tribuna llena de burócratas que los espiaban.

La intervención principal estuvo a cargo del septuagenario Orlando Lugo Fonte, que al final de la jornada fue ratificado por enésima vez como Presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).  El campesino en jefe lleva más de veinte años en el cargo.

El discurso de Lugo se basó en la necesidad de que los anapistas produzcan más con menos, y de mejorar la entrega de productos a acopio, organización estatal encargada de recoger los productos agropecuarios. Evadió tocar la libre producción y distribución. También atacó a los comerciantes y los responsabilizó de la carestía de los productos agrícolas, así como de su distribución libre. No se contuvo en embestir a quienes no hacen producir la tierra como necesita el gobierno.

La segunda intervención en importancia fue la de Mariano Murillo, ministro de Economía, y burócrata de la era Raúl. Murillo siguió la oratoria del predecesor y ajustó su retorica con  citas de Fidel Castro.  De los problemas de la entrega de nuevas tierras a los campesinos, ni una palabra; ni de la entrega de aperos de labranza e insumos.  La promesa de entrega de entrega se basará, según lo dicho, a la decisión de otros burócratas de menor nivel, quienes, sin lugar a dudas, favorecerán el clientelismo y la subordinación al aparato de los funcionarios comunistas.

El congreso cerró con una actividad cultural, en la que los repentistas oficiales cantaron sus loas a la monarquía y los monarcas, a los que se les hicieron regalos de pésimo gusto y poca trascendencia.

aleagapesant@yahoo.es


 




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